La acumulación accidental de gas metano fue lo que causó hace una semana la explosión en el edificio B2 de Petróleos de México (Pemex) de Ciudad de México, que dejó 37 muertos y 121 heridos, informaron hoy peritos.

El vicepresidente de integridad operacional global de la empresa de peritaje SGS, Brian Dunagan, dijo que falta por determinar de dónde provino el gas porque no es común este tipo de situaciones en un edificio tan grande.

Creemos firmemente que fue metano y no otro gas porque se trató de una explosión limpia, afirmó Dunagan. El especialista dijo que debió haber una concentración del 5 al 10 por ciento de gas que no fue detectada por los trabajadores.

Asimismo, indicó que para causar una ignición en metano no se necesita gran cantidad de calor, sino simplemente una chispa, que puede provenir de una instalación eléctrica o de la estática.

NO HAY RIESGO Pemex descartó que exista riesgo de que se registre una nueva explosión en el centro administrativo de la paraestatal.

Sobre los análisis que se hacen, el director industrial de SGS en México, Mauricio Chequer, afirmó que se investiga si lo que originó la emergencia fue un ducto de gas natural que está fuera de operación o la red hidrosanitaria del complejo de oficinas y el subsuelo.

Este miércoles se reanudaron parcialmente las actividades laborales en el centro administrativo de Pemex tras cinco días de receso a causa de la emergencia. Los edificios que permanecen desocupados son los B1 y B2, donde ocurrió la detonación por gas en contacto con una chispa o fuente de calor.