Las muestras que fueron recolectadas en los sitios donde supuestamente ocurrieron ataques químicos en Siria ya comenzaron a llegar a distintos laboratorios del mundo para ser analizadas.

Se espera que los hallazgos indiquen si en efecto se usaron armas químicas y, de ser así, cuál fue el agente nervioso involucrado. El análisis también podría revelar si los sistemas de armas se improvisaron o fueron diseñados para uso militar.

El estudio será realizado por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) bajo los auspicios de Naciones Unidas.

Ni la ONU ni la OPAQ comentarán sobre los detalles de la investigación. La BBC, sin embargo, contactó a un ex empleado de alto nivel de la OPAQ para que ofreciera su valoración sobre las posibles características y fechas del proceso de pruebas.

El doctor Ralf Trapp dijo que las muestras reunidas por los inspectores en Siria llegaron al laboratorio central de la OPAQ el sábado pasado y estarán llegando a los laboratorios designados este martes para ser analizadas. Los resultados formarán parte del informe de la OPAQ que será publicado por la ONU sobre el supuesto ataque.

Trapp dijo a la BBC que el informe tomaría, por lo menos, entre siete y 10 días para completarse.

LA EVIDENCIA CIENTÍFICA El informe debería contener una sólida evidencia científica que ayude a determinar si se utilizaron armas químicas en el supuesto ataque ocurrido en el cinturón agrícola de Ghouta, que rodea a la capital siria, Damasco. También podría indicar el tipo de sistema de lanzamiento usado, según Trapp.

Las muestras podrían revelar detalles de las concentraciones del agente utilizado y si estas armas se improvisaron o fueron diseñadas para un contexto militar, señaló.

El propósito del informe de la ONU/OPAQ es determinar lo que ocurrió y no intentar hallar un culpable.

Sin embargo, Trapp asegura que los hechos podrían dar una indicación sobre la fuente. También ayudarán a responder por qué, en su opinión, muchas de las víctimas no mostraron los síntomas típicos de la exposición al sarín, como la contracción de las pupilas y el temblor, en los videos que fueron subidos a internet, poco después del supuesto ataque.

Estoy bastante seguro de que se trató de un ataque químico, pero no estoy 100% seguro de si fue gas sarín, sarín de mala calidad, otro agente o una mezcla de cosas. Todas estas cosas tienen sentido en el contexto de lo que hemos visto (en los videos), explicó.

Los investigadores de la ONU y la OPAQ estuvieron recogiendo muestras de suelo, sangre, orina y cabello de las presuntas víctimas de la agresión. También recolectaron tejido de los cadáveres y posibles residuos químicos localizados en el interior de los fragmentos de proyectiles.

Existe la preocupación de que los residuos de agente nervioso no hubiesen podido detectarse a tiempo, debido a que los inspectores de la ONU tardaron dos días en llegar. Pero según Trapp, la evidencia de estos agentes se mantiene durante muchas semanas.

VERIFICACIONES Y CONTROLES CRUZADOS Las muestras fueron etiquetadas, fotografiadas y transportadas en recipientes herméticos al laboratorio central de la OPAQ.

Los procedimientos de prueba implican numerosas verificaciones y controles cruzados para asegurar que no haya confusión con las muestras y que los resultados sean exactos.

Cada evidencia se envía a tres laboratorios independientes que la organización ha considerado competentes para llevar a cabo las pruebas en su nombre. Si hay muchas muestras que analizar, se envían a otros laboratorios. Todos realizan sus propios e independientes estudios del material.

Por cada muestra del lugar del supuesto ataque, el laboratorio recibe otras dos muestras ficticias: una que contiene una cantidad específica de agente nervioso y la otra no. Al laboratorio no se le dice cuál muestra es cual, lo que permite a la OPAQ asegurarse de que cada laboratorio está haciendo su trabajo correctamente.

El laboratorio deberá analizar cada muestra utilizando dos métodos completamente distintos y luego, como parte de un tercer chequeo que permita comprobar la precisión de los instrumentos, fabricar el agente que supuestamente se ha detectado, para realizar de nuevo el estudio y ver si se obtiene el mismo resultado.

Este laborioso proceso le tomará a los científicos varios días, tras los cuales el investigador principal tendrá que redactar un informe que se enviará de vuelta a la OPAQ.

Los resultados luego se combinarán con entrevistas y evaluaciones de los informes médicos realizados por los inspectores.

El tiempo que tomará todo esto dependerá del número de muestras que tengan que ser analizadas y el número de laboratorios que participen en el ensayo.

Según la estimación de Trapp, lo más temprano que la ONU podría recibir el informe completo sería a mediados de la semana que viene, aunque el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recibirá actualizaciones regulares durante el proceso.

Uno de los laboratorios designados en la lista de la OPAQ es el Laboratorio de Defensa, Ciencia y Tecnología del Reino Unido, ubicado en Porton Down en Wiltshire (sudoeste de Inglaterra), que cuenta con respeto internacional por su capacidad de investigación en esta área. La red de más de 20 laboratorios también incluye instalaciones en China, Estados Unidos y Francia.

Los laboratorios que realizarán el trabajo han sido seleccionados por el director general de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, en consulta con Ban Ki-moon. La lista de las instituciones no ha sido revelada, pero se especula que los laboratorios de países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no están involucrados.