Subiendo por el Paseo del Calvario, en el oeste de Caracas, de pronto sobresale un edificio y un letrero: 4F. A su alrededor más de un centenar de casas de chapa trepan el cerro, apiñadas, como un collage de todos colores. Ahí está el Museo Militar donde reposan los restos del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013).

El comandante se queda acá, sentencia el militar Edwing Vaamonde en la puerta del ahora denominado Cuartel de la Montaña, en el popular barrio 23 de Enero.

El ex mandatario falleció el 5 de marzo pero aún es incierto dónde descansará. El presidente interino, Nicolás Maduro, había anunciado que sería embalsamado eternamente. Días después se descartó porque el cuerpo debería ser trasladado a Rusia unos siete meses.

Luego, el gobierno impulsó que Chávez sea sepultado en el Panteón Nacional junto al Libertador Simón Bolívar , el mayor prócer de la historia venezolana. Es necesario una reforma constitucional y el Parlamento aún no trató el tema. La otra opción sería llevarlo a su Sabaneta natal, en el estado Barinas.

Aunque no se definió el destino de su cuerpo, su figura sigue omnipresente. Durante este mes, Maduro lo nombró cada día y se lamento de no haberlo hecho más veces. Dijo que Chávez debe haber ayudado para que el argentino Jorge Bergoglio fuese elegido el nuevo papa Francisco, entre otras cosas.

Maduro también contó que Chávez se le apareció en forma de pajarito . No fue el único que compartió una experiencia mística: el embajador en Italia, Isaías Rodríguez, dijo que se comunicó mentalmente con el difunto.

CANDIDATO FANTASMA Con el inicio de la campaña electoral para las elecciones del 14 de abril, esta semana se incrementó aun más la presencia de Chávez, a quien Maduro, el candidato oficialista, llamó Profeta, Padre y Héroe, entre otras denominaciones.

Mientras, desde el 15 de marzo el féretro es visitado de martes a domingo entre las 9 y las 16. En promedio pasan unas 1.600 personas por día por el Museo, informó el Vaamonde.

Vienen de todos los países: Colombia, Argentina, Brasil, Cuba, Siria, Irán, detalló el militar, mientras una delegación rusa, de unas 20 personas, aguardaba para ingresar en el marco de una visita diplomática.

En la sala principal del Museo está el sarcófago, acompañado por algunas flores que seleccionan los militares y custodiado por cuatro Guardias de Honor con riguroso uniforme rojo. Detrás del ataúd, con su espada desenfundada, emerge una estatua de Bolívar, escoltado por los próceres Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez.

Algunas personas lloran, otras pasan en silencio. También están los que conversan y se sacan fotos con el sarcófago, algo que en los primeros días no estaba permitido.

Al salir del salón, a pocos metros, está la capilla Santo Hugo Chávez, que se inauguró el Jueves Santo. Era una oficina que se adaptó con la ayuda del sacerdote Numa Molina, párroco de la iglesia católica San Francisco, quien aseguró que el difunto presidente ha trascendido en el pueblo, en sus corazones.

La capilla es una casilla azul de madera con techo de chapa. Está repleta de fotos de Chávez y un busto: Fuiste, eres y serás nuestro gigante en la eternidad. Te queremos por siempre. Ahí están también todas las flores que no entran al lado del ataúd.

Un afiche ocupa todo el ancho de una pared de unos cuatro metros. Chávez está a la derecha haciendo un saludo militar y su lado Jesus carga una cruz. Sobre ambos, dice: ¡Dios con nosotros! ¿Quién contra nosotros?

Saliendo del Cuartel hay un graffiti de unos 20 metros de ancho con la cara de fallecido mandatario en el centro y la de Bolívar a la izquierda. Al lado, con una reja por delante de la pared, hay otra pintada de similar tamaño en letras rojas que reza: ¡Chávez somos todos!.

Las imágenes se repiten recorriendo las calles del 23 de Enero, donde se observan cientos de carteles y afiches con el rostro de Chávez, que en algunos casos se mezcla con Maduro. También hay varios altares improvisados, con velas, fotos, flores y pancartas.

Saliendo del 23 de Enero se oye un estruendo. Son las 16:25, hora en que todos los días suena un cañonazo desde el Cuartel, en recuerdo del momento exacto de la muerte de Chávez.

Al bajar del cerro se ve un enorme cartel apoyado sobre tres edificios de 14 pisos: Tu también eres Chávez. El afiche gigante es, a su vez, lo primero que se percibe al entrar en Caracas por autopista desde el aeropuerto de Maiquetía.