El vicariato de Roma y el ayuntamiento de la capital italiana han asegurado que no habrá funeral público para el oficial nazi y autor de crímenes de guerra en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, Erich Priebke, que murió a los cien años.

La polémica había surgido hoy en Italia tras el anunció de que el próximo martes, en una iglesia del centro de Roma, se celebraría el funeral del criminal de guerra nazi tras su muerte ayer en su domicilio de Roma, en el que se encontraba bajo arresto domiciliario, desde que fuera extraditado desde Argentina en 1995.

Sin embargo, el vicariato de Roma aseguró que no hay prevista alguna ceremonia fúnebre en las iglesias de Roma, mientras que las autoridades de la capital italiana, han prohibido cualquier tipo de celebración solemne de carácter público.

ARGENTINA SE NIEGA Los medios de comunicación italianos publican hoy que el ministro de Exteriores argentino, Hector Timerman, ha dado la orden de rechazar la repatriación del cuerpo Priebke, quien había dejado en sus últimas voluntades su deseo de ser enterrado junto a su mujer en Bariloche, la ciudad donde se refugió y vivió durante años antes de ser detenido y expatriado a Italia.

Varias asociaciones y comunidades judías protestaron durante años por el régimen concedido a Priebke, que podía salir de casa durante el día.

La comunidad judía se sintió indignada cuando el abogado del fallecido difundió el testamento del oficial nazi en el que aseguraba que nunca renegó de su pasado y consideraba el Holocausto propaganda.

CRIMINAL DE GUERRA Priebke, berlinés de nacimiento, fue capitán de las SS y destinado a Italia en el año 1943 donde participó en la matanza de la Fosas Ardeatinas, del 24 de marzo de 1944.

En aquella ocasión 335 italianos, en su mayoría presos políticos recluidos en la cárcel romana de Regina Coeli y 75 judíos escogidos al azar por el mismo Priebke, fueron fusilados por los nazis en represalia por la muerte de 33 soldados alemanes ocurrida un día antes en una calle de Roma en un atentado de los partisanos.

La ejecución fue dirigida por el teniente coronel Herbert Kappler, jefe de la Gestapo en Roma durante la ocupación, y en la misma participaron el capitán de las SS Erich Priebke y el mayor Karl Hass.

Finalizada la II Guerra Mundial (1945) Priebke fue internado en un campo británico de prisioneros de guerra, del que se escapó en 1946, y huyó a Argentina-

Tras permanecer cinco años en Buenos Aires con su esposa, en 1951 se trasladó a la ciudad de Bariloche donde permaneció hasta ser descubierto, en 1994 lo que supuso su extradición a Italia.