La ONU informó hoy que en la guerra civil en Siria se usó gas venenoso en al menos cinco oportunidades, según el informe final de los expertos de Naciones Unidas, que no aclara si fue utilizado por el régimen o los rebeldes, que se acusan mutuamente de ello.

El grupo de expertos, liderado por el profesor sueco Ake Sellström, comenzó sus investigaciones en el verano (boreal) y presentó hoy su reporte de 82 páginas, incluyendo los apéndices, al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Hay indicios claros de que el 21 de agosto se disparó gas sarín en Ghouta, cerca de Damasco, dice el informe. En otros cuatro sitios, el uso de armas químicas es muy probable, si bien no se pudo demostrar de manera concluyente.

Para ello se lograron reunir escasas informaciones independientes. Los investigadores basan sus suposiciones en muestras de suelo, exámenes a pacientes, conversaciones con testigos y la evaluación de armas.

En tanto, en otros dos lugares no hubo indicios de uso de gases tóxicos.

VÍCTIMAS CIVILES El informe afirma que el objetivo de algunos ataques fueron los civiles o al menos estos estuvieron entre las víctimas.

Esto es válido para el incidente en Ghouta, en el que murieron también niños por el gas sarín, que en total dejó unos 1.400 muertos. En otros ataques en marzo en Khan Al Asal y en abril en Sarakeb hubo asimismo civiles entre las víctimas.

En otros dos ataques en agosto, ambos calificados de menores, como el de Sarakeb, el objetivo de los ataques con gas fueron combatientes.

Está previsto que Ban presente mañana el informe ante la Asamblea General de la ONU.