El papa Francisco, quien se ha identificado por su dedicación a los pobres y desamparados durante su vida sacerdotal, ofició hoy la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo en la cárcel romana de menores de Casal del Marmo, en donde no solo lavó los pies a doce jóvenes, sino que además les llevó un mensaje de fortaleza para sus espíritus.

Les traigo una caricia de parte de Jesús, les dijo el papa Francisco a los reclusos menores de edad cuando les lavaba los pies, según informó la periodista Paloma Ovejero a través de Twitter. Esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago. Es mi deber, me sale del corazón y amo hacerlo, dijo el papa a los doce muchachos, según reseña la agencia EFE.

El Obispo de Roma lavó los pies de rodillas. Después los secó y los besó. Durante el intercambio de la paz, besó a los doce jóvenes, entre ellos dos muchachas, una católica y otra musulmana, imitando lo hecho por Jesús con los doce apóstoles. También dio personalmente la comunión.

Francisco dijo sentirse feliz entre los muchachos y dijo que las cosas del corazón son así y dirigiéndose directamente a ellos les dijo: No se dejen robar la esperanza, siempre con la esperanza por delante, ¿entendido?.

Durante la misa, un recluso adolescente se encargó de la primera lectura y otro el salmo previos al el Evangelio. Posteriormente, el Papa Francisco inició su homilía frente a los chicos.

Esta es la primera vez que un papa oficia la misa del Jueves Santo en un reformatorio de menores y no en la Basílica de San Juan de Letrán, que es la catedral de Roma, que le corresponde como obispo de la Ciudad Eterna.

Tras la ceremonia protocolar, el papa se reunió con los jóvenes en el gimnasio del reclusorio. Ellos le entregaron un crucifijo y un reclinatorio de madera que ellos mismos hicieron para él. Francisco les ofreció huevos de Pascua y una colomba (pan dulce italiano).