La Cámara baja del Parlamento francés respaldó el martes el matrimonio de personas del mismo sexo en una votación, con lo que allanó el camino para que el proyecto se convierta en ley luego de marchas callejeras que mostraron a cientos de miles de manifestantes tanto a favor como en contra de la medida.

La maniobra implica la reforma social más importante de Francia desde la abolición de la pena de muerte en 1981, pero tiene la oposición de conservadores en un país con mayoría católica, junto a muchos franceses musulmanes y cristianos evangelistas.

Asumiendo que el proyecto sea aprobado por el Senado en una votación que tendrá lugar el 2 de abril, Francia se unirá a otros 11 países entre ellos Argentina, Bélgica, Portugal, Holanda, España, Suecia, Noruega y Sudáfrica donde el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal.

Nueve estados de Estados Unidos y Washington D.C. también permiten el matrimonio homosexual, mientras que legisladores británicos respaldaron la medida en una votación inicial a comienzos de este mes.

Hemos librado una batalla grande y noble, dijo a periodistas el ministro de Justicia de Francia, Christiane Taubira, principal promotor del proyecto de ley, después de una votación que finalizó 329 a 229 en favor de la medida.

El Partido Socialista del presidente Francois Hollande cuenta con la mayoría en la Asamblea Nacional, lo que le permitió superar intentos de opositores por retrasar los procedimientos con unas 5.000 enmiendas que llevaron más de 100 horas de intenso debate. Los socialistas y sus aliados forman juntos una mayoría en el Senado.

Conocido en Francia como matrimonio para todos, el proyecto de ley de unión de parejas del mismo sexo ha demostrado ser la iniciativa social más conflictiva impulsada por el Gobierno de Hollande en sus nueve meses en el poder.

El 13 de enero, una encuesta de CSA mostró que la propuesta había dividido a la población casi en dos sectores, con una pequeña mayoría del 51 por ciento a favor y un 43 por ciento que se opone.