SUSAN ABAD Enviada especial a Norosí

Desde el pasado viernes 18 de enero, el corregimiento de Norosí, ubicado al sur del departamento de Bolívar, no es el mismo. Ese día, 20 miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) ingresaron a un campamento, se llevaron a los peruanos Javier Leandro Ochoa y José Mamani, un canadiense y dos colombianos, y con ellos la aparente tranquilidad de su 4.000 habitantes.

Y es que el miedo, que según el alcalde Jesús Jiménez ya existía pero no se demostraba, salió a flote.

El Comercio recorrió el mismo camino que hicieron Ochoa y Mamani, antes de ser secuestrados, para llegar al campamento de Geo Explorer, donde trabajaban como topógrafos; llegamos a la zona y vimos de cerca el drama de este polvoriento y caluroso pueblo.

“Hoy no me ha salido ningún viaje”, dice a El Comercio Eduardo, un joven de 22 años que se gana la vida haciendo taxi en su moto desde Río Viejo hasta Norosí.

“Antes [de los secuestros] me hacía hasta tres viajes. Llevaba mineros y paquetes”, asegura.

Camino al pueblo –al que solo se puede acceder en moto– encontramos dos retenes del Ejército. En uno de ellos el soldado de apellido Carrascal defiende a su institución y asegura que no fue la falta de protección estatal la que permitió el rapto.

“Los escoltábamos cada vez que lo solicitaban. Nosotros –dice mientras señala a sus compañeros– somos de un batallón que estamos aquí desde hace cuatro meses patrullando, cuidando”, explica el militar.

Ya en el pueblo, no podemos degustar los jugos de doña Eulalia, quien decidió que esta semana no iba a abrir. “Esto está muy solo”, dice.

El cabo de apellido Sospes nos advierte que no vayamos hasta Casa de Barro, lugar donde queda el campamento. “Eso por allá no está bueno”, asegura. Tres mototaxistas se niegan a llevarnos. Uno de ellos es muy explícito: “Usted se va [cuando termine su trabajo] y yo me quedo. Y luego dicen [los terroristas]: ese fue el que llevó a la periodista y”, nos hace un gesto con el dedo sobre el cuello.

Mientras tanto, las operaciones de búsqueda continúan. Bajo un sol que calienta a 37 grados, 1.500 soldados y policías peinan la zona y trepan las serranías de San Lucas.

El ejército reveló que fueron los comandantes subversivos alias ‘Gonzalo’ y ‘Óscar Nobles’ los responsables del secuestro. Según el informe, ‘Gonzalo’ fue el encargado de ejecutar el plagio y entregó a ‘Nobles’ a los trabajadores.

Desde Lima, el ministro de Defensa, Pedro Cateriano, informó que se reunirá con su homólogo colombiano Juan Carlos Pinzón para evaluar la situación.

EL ELN REIVINDICA EL SECUESTRO A través de un mensaje difundido en Internet, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se atribuyó ayer el secuestro de los dos geólogos peruanos, un canadiense y dos colombianos, y aseguró que busca defender los recursos naturales de las multinacionales.

“La unidad de tropas especiales Comandante Yesenia del Ejército de Liberación Nacional, el 18 de enero retuvo a ingenieros y técnicos de la multinacional exploradora de oro GeoExplorer en una mina de Norosí, sur de Bolívar”, reseñó el texto.