Pese a las protestas de grupos religiosos, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, promulgó sin vetos el proyecto aprobado por el Congreso que obliga a los hospitales públicos a ofrecer la llamada ‘píldora del día después’ a víctimas de violación sexual, para evitar que se queden embarazadas.

Por la ley, que entrará en vigencia dentro de tres meses, los hospitales públicos deben asegurar atención inmediata a víctimas de violencia social, informarles de sus derechos y ofrecerles la píldora del día siguiente, que evita que el óvulo sea fecundado.

Según el ministro de Salud, Antonio Padilha, estas recomendaciones ya están en vigencia desde marzo pasado, pero a partir de ahora ya no se trata sólo de una recomendación, sino de la ley del país.

Este texto es precisamente lo que recomienda el Ministerio de Salud para víctimas de violación, o sea, que usen el medicamento hasta 72 horas después del acto para evitar el embarazo, agregó el ministro.

GOBIERNO: SE EVITARÁ ABORTOS La legislación brasileña ya permite el aborto para víctimas de violación sexual, pero la nueva ley enfrentó resistencia por parte de católicos y evangélicos, que la consideraron como un incentivo a la interrupción del embarazo.

El gobierno, sin embargo, argumenta que, al evitar la fecundación del óvulo, la píldora del día después tendrá el efecto de reducir el número de abortos.

Es un proyecto que, al evitar el embarazo mediante el uso de la medicación correcta, también evita posibles abortos, sostuvo la ministra de la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres, Eleonora Menicucci.