El sábado por la noche, al final de una larga primera gira internacional como presidente de Estados Unidos, Donald Trump partirá de regreso a Washington tras inquietar a algunos aliados y tranquilizar a otros. Llegará a una Casa Blanca asentada bajo una nube de escándalos.
Trump participará durante el día en la segunda jornada de la cumbre del G7 en Sicilia, con la que cierra un viaje de nueve días que lo llevó además a Arabia Saudí, Israel, el Vaticano y Bruselas.
La gira transcurrió sin sobresaltos, y el gobierno alaba los esfuerzos del presidente para forjar una nueva coalición para luchar contra el terrorismo mientras recrimina a sus socios en la OTAN que no aporten una cuota justa para sufragar su defensa.
Tras la pompa de un viaje presidencial al extranjero, a su regreso a suelo estadounidense el republicano se topará con los mismos problemas que asediaban su joven gobierno antes de partir.
Mientras el recién nombrado fiscal especial inicia su investigación sobre los posibles vínculos entre la campaña de Trump y funcionarios rusos, Jared Kushner, yerno del presidente además de uno de sus asesores más cercanos, ha pasado a ocupar el centro de la pesquisa, según The Washington Post. Su abogado dijo que cooperará con los investigadores.
Se espera que James Comey, el exdirector del FBI que dirigió la investigación sobre Rusia hasta que Trump lo despidió por sorpresa, testifique ante el Congreso sobre los informes de sus conversaciones con el presidente acerca del proceso.
Además, la búsqueda de un nuevo director para el FBI continúa.
Fuente: AP
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