El príncipe Harry finalizó hoy su participación militar en Afganistán de cinco meses y admitió que disparó contra insurgentes talibanes como copiloto artillero en un helicóptero de combate Apache.

Acabar con una vida para salvar una vida. Todo gira alrededor de eso, supongo, aseguró Harry, de 28 años, en una entrevista con la BBC emitida en la noche de hoy, el mismo día en el que el príncipe regresó a Reino Unido.

Si hay gente intentando hacer cosas malas a nuestros muchachos, entonces tenemos que sacarlos del medio, supongo, manifestó. Harry, tercero en la línea de sucesión al trono británico, fue entrevistado este lunes por periodistas de su país antes de partir de Afganistán.

Un reportero le preguntó si al participar en los combates había tenido que disparar contra personas que podían morir por ello. Sí, muchos lo hicieron. El escuadrón estuvo afuera. Todos dispararon cierta cantidad (de municiones), respondió.

El príncipe también habló sobre un ataque talibán a un campamento en la provincia de Helmand, en el sur del país, que ocurrió para su cumpleaños en septiembre. Harry relató que él y otros 15 soldados estuvieron involucrados en el ataque. Los muchachos lo manejaron muy bien y fue en mi cumpleaños, así que fue como un golpe de realidad.

SECRETISMO Harry, que siempre insistió en que quería ser tratado como un soldado normal, admitió que su experiencia fue diferente a la de sus colegas por cómo lo veían otros soldados.

El regreso del príncipe había sido mantenido en estricto secreto por motivos de seguridad. Los periodistas pudieron realizarle entrevistas durante su estadía en Afganistán, pero sólo tenían permiso para emitirlas ahora.

Harry es el primer miembro de la familia real británica que participa en misiones de guerra desde que lo hiciera por última vez su tío, el príncipe Andrés, que estuvo en la guerra de Malvinas (Falklands para los británicos), en 1982. En 2008 Harry ya había estado ocho semanas en Afganistán.