Barack Obama, presidente de Estados Unidos. (AFP)
Barack Obama, presidente de Estados Unidos. (AFP)

Las reacciones han tenido un tono absolutamente alarmante: se sienta un precedente peligroso, tendr graves implicaciones, su lado negativo es potencialmente inmenso.

El mismo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lo calific como un error.

Y es que el mircoles el Congreso de ese pas anul, con amplia mayora, el veto del mandatario a una norma que les permite a los familiares de las vctimas de los ataques del 11 de setiembre de 2001 demandar al gobierno de Arabia Saudita.

Las objeciones de Obama a la legislacin tienen un fundamento basado en el derecho internacional.

Segn el presidente, la ley sentar un precedente peligroso para que individuos en todo el mundo puedan demandar al gobierno de EE.UU.

La preocupacin de Obama es que si los ciudadanos estadounidenses consiguen llevar a Arabia Saudita ante la justicia, podran surgir demandas contra ciudadanos estadounidenses a modo de represalia.

De acuerdo con el mandatario, la legislacin puede tener implicaciones devastadoras para el Pentgono, funcionarios gubernamentales, diplomticos y los servicios de inteligencia.

- Vergenza -

Es la primera vez que el Congreso, a travs de sus dos cmaras, anula un veto de Obama en los ocho aos que lleva en el poder.

El director de la CIA, John Brennan, advirti que la legislacin tena graves implicaciones para la seguridad nacional. Su lado negativo es potencialmente inmenso, asegur.

Por su parte el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, le dijo a la prensa que el voto legislativo fue la cosa ms vergonzosa que el Senado de Estados Unidos ha hecho en dcadas.

La norma Justicia contra los patrocinadores del terrorismo, que se conoce como Jasta por sus siglas en ingls (Justice Against Sponsors of Terrorism), abre las puertas para que los familiares de las vctimas del 11 de setiembre demanden a cualquier miembro del gobierno saudita del que se sospeche pudo tener vnculos con los ataques perpetrados en suelo estadounidense.

Quince de los 19 atacantes eran ciudadanos sauditas, pero la nacin rabe, un aliado clave de Estados Unidos, ha negado cualquier relacin con los atentados que dejaron 3.000 muertos.

Pese a que los servicios de inteligencia estadounidenses tenan sospechas, la comisin creada para investigar los sucesos del 11 de setiembre no hall evidencia de que algunos de los secuestradores de los aviones hubiesen tenido algn vnculo con funcionarios sauditas o con el gobierno como institucin.

Riesgo de las demandas privadas

Tras la votacin en el Congreso, Obama le dijo a la cadena de televisin CNN: Es un precedente peligroso y un ejemplo de cmo algunas veces tienes que hacer lo que es difcil.

Y, francamente, deseara que el Congreso aqu hubiese hecho lo que es difcil.

Mi preocupacin no tiene nada que ver con Arabia Saudita per se o con mi solidaridad con los familiares de las vctimas del 11 de setiembre.

Tiene que ver con el hecho de que no quiero una situacin en la que de repente nos veamos expuestos a procesos legales por todo el trabajo que estamos haciendo en el mundo y de repente nos convirtamos en sujetos de demandas privadas.

Sin embargo, Terry Strada, presidenta de la organizacin 9/11 Familias Unidas por la Justicia contra el Terrorismo, no cree que la norma sea contraproducente para Estados Unidos, como ha advertido la Casa Blanca.

Si no estamos financiando organizaciones terroristas y matando a gente, no tenemos nada de qu preocuparnos, asegur.

-Inmunidad en peligro -

Un da antes, en su editorial titulado The Risks of Suing the Saudis for 9/11 (Los riesgos de demandar a los sauditas por el 9/11), el diario The New York Times dio su explicacin:

Debido a que ningn pas en el mundo est en una posicin tan comprometedora como Estados Unidos con bases militares, operaciones con drones, misiones de inteligencia y programas de entrenamiento el gobierno de Obama teme que los estadounidenses puedan ser sujetos de acciones legales en el exterior.

En la columna, el peridico sent una posicin muy clara: Los legisladores deberan permitir que el veto contine.

El editorial deja en claro que, aunque el objetivo es compasivo, la ley complica la relacin de Estados Unidos con Arabia Saudita y podra exponer al gobierno estadounidense, sus ciudadanos y sus corporaciones a litigios en el exterior.

La ley modifica una norma que data de 1976, la cual le garantiza a otros pases inmunidad frente a demandas estadounidenses, al menos el pas est en la lista del Departamento de Estado de los estados que patrocinan el terrorismo (Irn, Sudn y Siria) o presuntamente haya perpetrado un ataque terrorista que haya matado a estadounidenses en territorio estadounidense, explica The New York Times.

-Intereses comerciales -

La relacin ente Estados Unidos y Arabia Saudita no pasa por un buen momento.

Aunque no est rota, pues los dos pases se necesitan mutuamente en el mbito comercial, su alianza es probablemente bajo ms presin que en ningn otro momento desde la guerra rabe-israel de 1973.

A inicios de este ao se report que Arabia Saudita haba amenazado con retirar cientos de miles de dlares de inversiones en la economa estadounidense si la ley era promulgada.

La respuesta sera liquidar entre US$750.000 millones y US$1 billn de activos estadounidenses.

La cancillera saudita advirti que la legislacin viola el principio de la inmunidad soberana y marca el inicio de la ley de la selva.

Sin embargo, los legisladores estadounidenses consideran que la norma merece la pena.

El senador demcrata Chuck Schumer critic a la Casa Blanca por estar, segn afirm, ms interesada en las consideraciones diplomticas.

A nosotros nos interesan ms las familias y la justicia, indic.

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