JAIME CORDERO

Al suboficial de primera EP Edwin Armando Sánchez Azabache no le fastidia que sus compañeros de armas le digan payaso. Él es igual de hábil para manejar el fusil que para hacer reír a los niños. Así lo acredita su experiencia de casi 19 años animando shows infantiles bajo el nombre de Huesito, perfectamente compaginada con su puesto como fusilero en la primera brigada de caballería, acantonada en Sullana.

Un buen día del 2012, Edwin Armano postuló para formar parte del destacamento de militares peruanos en Haití . Fue admitido y su presencia cayó como anillo al dedo para Perú Funny Show, una compañía peruana de animadores infantiles que visita las escuelas haitianas y lleva un poco de alegría a los niños pobres, que en este país son la inmensa mayoría.

Un par de veces al mes, cambia el casco azul por una peluca amarilla. Su más reciente presentación fue en un colegio de un suburbio de Puerto Príncipe que en realidad es apenas un terreno desnivelado con un par de pizarras al aire libre. “Al menos tiene carpetas”, comenta un soldado peruano que acompaña la actividad, con cara de haber visto peores.

Huesito, dos animadoras y un muñeco, todos parte del destacamento peruano, se encargan durante más de dos horas de que los niños bailen, agiten sus banderitas peruanas y sonrían. También reparten algunos juguetes, donados por los mismos miembros del contingente.

“Se trata de llevar alegría a estos niños. Muchos han perdido a sus padres y tienen una serie de problemas. También complementamos con servicios como corte de pelo, consultas médicas y odontológicas”, señala el coronel Edwin Nina Condori, jefe del destacamento peruano. Los soldados peruanos saben ganarse el cariño.

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