La miserable vida de las viudas filipinas de la droga

Desde que la polica mat a su marido y a su hijo, Sally Antonio acumula los empleos. Est agotada, como muchas viudas en Filipinas condenadas a la miseria por la guerra sangrienta contra la droga.

La campaa lanzada en junio por el presidente Rodrigo Duterte para erradicar las redes del narcotrfico ha causado ms de 6.500 muertos. Los familiares son las vctimas olvidadas de esta represin calificada de guerra contra los pobres por los defensores de los derechos humanos.

Sally Antonio, de 43 aos, perdi a su hijo de 19 aos (cuyo salario de camarero era esencial para la economa familiar) y a su marido, desempleado. La polica los mat hace seis meses durante una redada antidroga en su casa.

Cuando mataron a mi hijo y a mi marido, me mataron a m tambin, declara a la AFP esta mujer, obligada a bregar con tres trabajos para alimentar a cinco hijos y a un nieto.

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Foto: AFP

Hay das, cuenta, que solo duerme dos horas. Trabaja como lavandera, mensajera y portera.

A veces estoy tan agotada que las manos me duelen mucho, tengo que dejar de trabajar uno o dos das, afirma rompiendo a llorar. Tengo que pedir dinero prestado a mis vecinos y racionar la comida.

Su hija de 18 aos estudiaba psicologa pero tuvo que dejar la universidad para ocuparse de sus hermanos pequeos.

Lo que ms preocupa a Sally es no poder pagar los medicamentos de su hijo de 11 aos, aquejado de una enfermedad cardiaca.

El lucro de la muerte en la Filipinas de Rodrigo Duterte

- Versiones contradictorias -

Estoy furiosa. Por qu mataron a mi marido y a mi hijo y sacrificaron a nuestra familia?

Ella reconoce que su marido consuma droga. Pero aade formaba parte de un programa de vigilancia de toxicmanos instaurado por las autoridades y no era traficante. Su hijo no tena nada que ver con la droga, solo suplic a los policas que no hicieran dao a su padre, asegura Sally.

El informe policial consultado por la AFP sostiene que los agentes se vieron obligados a abrir fuego tras ser blanco de disparos durante una operacin antinarcticos.

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Foto: AFP

Sally Antonio, que ha pedido ser citada bajo un pseudnimo por miedo a represalias policiales, niega que su marido y su hijo opusieran resistencia.

Las fuerzas de seguridad afirman haber matado en ocho meses a ms de 2.500 toxicmanos o traficantes en legtima defensa. Ms de 4.000 personas murieron en circunstancias turbias.

Los defensores de los derechos humanos acusan a los policas de inventarse esta legtima defensa. Amnista Internacional no descarta que sean culpables de crmenes contra la humanidad.

Duterte gan las presidenciales prometiendo erradicar el trfico de droga y matar a decenas de miles de personas. Aunque lleg a decir que le hara feliz masacrar a tres millones de toxicmanos, asegura que la polica no tiene orden de cometer actos ilegales.

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Foto: AFP

Segn Amnista, las principales vctimas son los habitantes de los barrios pobres, y a menudo los hombres, que suelen ser el medio de sustento familiar.

- Impacto psicolgico -

Estas muertes dejan a las familias en situaciones financieras todava ms precarias (que antes), los parientes que sobreviven se amargan porque ven que el primer blanco de las autoridades son los pobres, escribi la oeneg en febrero.

Unos comentarios que enfurecieron al presidente Duterte, quien acusa a los pequeos traficantes de ganar mucho dinero y de desempear un papel crucial en las redes de distribucin. Poco importa que seas el mayor traficante de droga o el ms pobre, todos conspiran para destruir al pueblo, dijo recientemente.

Iglesia filipina denuncia el reino del terror de Duterte

La iglesia catlica ayuda psicolgica y financieramente a las familias.

Dennis Febre, al frente de un programa de ayuda en una iglesia de Manila, opina que los asesinatos de sospechosos generan ms problemas de los que resuelven: Los que se quedan tambin venden droga o se prostituyen porque es un tema de supervivencia.

Una iglesia de Manila dio empleo a Rose Maninggo, de 25 aos, despus de que su marido, un vendedor de mangos, muriera asesinado en enero.

El impacto psicolgico es tremendo. No me siento en seguridad. Sueo con mi marido tendido en mares de sangre que me pide justicia. Estoy preocupada por mis hijos, quiero que estn seguros, afirma Maninggo (nombre ficticio).

A Sally Antonio le duele que sus hijos crezcan sin padre. No es solo la prdida financiera, echamos de menos su papel de gua, su atencin. Eso es irremplazable.

Fuente: AFP

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