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Caravana de migrantes de Honduras
Redacción EC

Erly Marcial de se unió con su familia a la que busca llegar a Estados Unidos (EE.UU.), a pesar de que la joven de 21 años estaba embarazada de casi ocho meses. Dio a luz a un bebé sano en el agotador camino y ahora espera otro milagro.

Ella y su familia están atrapados en Tijuana, México, en la frontera con Estados Unidos y el presidente Donald Trump ha afirmado que no aceptará a los migrantes.

"Si solo Dios suavizara su corazón", dijo al referirse a Trump. "Porque tiene un corazón de carne, no de piedra", agregó.

Gracias a la generosidad de extraños en su camino, más la intervención de trabajadores de salud mexicanos y del consulado de Honduras en la Ciudad de México, Marcial completó los más de 4.500 kilómetros de viaje durante varias semanas con su vientre abultado, a veces caminando por horas con sandalias de goma.

Ella y su familia han comenzado el largo camino hacia la búsqueda de asilo, pero podrían pasar meses antes de que logren su primera entrevista con los funcionarios de Estados Unidos.

Según datos del Departamento de Justicia, Estados Unidos ha otorgado sólo el 13,8 por ciento de las solicitudes de asilo de Honduras en el último año fiscal, en comparación con el 20,9 por ciento de las solicitudes de asilo de todo el mundo.

Si se les niega, Marcial y su esposo, Alvin Reyes, de 39 años, dijeron que intentarían hacer su vida en México y posiblemente en Tijuana, donde viven en un dormitorio de una iglesia espartana cuyas literas son lujosas en comparación con los campamentos donde miles de otros migrantes de la caravana duermen en tiendas de campaña en terrenos duros.

Reyes no podía ganarse la vida como zapatero en la ciudad de Sabá en Honduras, por lo que decidieron unirse a la caravana, en la que generalmente se quedaban atrás mientras empujaban un cochecito con su hijo David de 2 años y su hija María de 6 años.

Alvin Junior nació con una frondosa cabellera oscura en un hospital de Puebla, México, el 12 de noviembre, aproximadamente seis semanas antes de tiempo.

Si logran alguna solicitud de asilo, estaría relacionada con la violencia en su ciudad natal, donde un tiroteo en la cantina cerca de su casa salpicó sus paredes con agujeros de bala y mató a un hombre cuyo cuerpo yacía en un charco de sangre en su puerta, contaron.

Marcial y Reyes dijeron que no estaban en casa en ese momento, pero que estaban conmocionados y que eso los motivó más a abandonar Honduras.

Fuente: Reuters

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