(Foto: Reuters)
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Virginia Rosas

Según su biógrafa, la periodista Sonia Purnell, quien fue su adjunta durante los años en que él fue corresponsal del “Daily Telegraph” en Bruselas, la única ambición del nuevo primer ministro británico, , es el poder. Su hermana Rachel, también periodista y novelista, lo confirma. Desde niño ambicionaba ser “el rey del mundo”.

Alexander Boris de Pfeffel Johnson no se habrá convertido en el monarca de la tierra como soñaba de niño, pero gracias a sus mentiras, egocentrismo, falsas promesas y una campaña por el ‘brexit’ –que, según sus allegados, emprendió para ir contra la corriente y sobresalir del resto de sus colegas– ha logrado ingresar al mítico número 10 de la calle Downing Street, tras ser investido por la reina el miércoles pasado. 






Imposible no comparar a este demagogo ultraliberal con Donald Trump, con quien comparte no solo la melena rubia y el lugar de nacimiento (ambos son de Nueva York), sino el racismo, la xenofobia y un enorme sentido del protagonismo, que los lleva a adaptar sus propuestas según el momento, con tal de mantener su popularidad.

Cuando a ‘Bojo’ lo acusan de xenófobo siempre tiene una carta bajo la manga: la de su bisabuelo turco y musulmán, Ali Kemal, un periodista y político anglófilo, que fue ministro del Interior del último sultán del Imperio Otomano y de quien heredó esa cabellera rubia tan llamativa.

Con ancestro turco o no, Johnson no oculta su racismo y su xenofobia. En el 2008 se burló de “los negritos con sonrisa de sandía” que agitaban banderas al paso de la reina. Y en el 2016, refiriéndose a Barack Obama, que opinó en contra del ‘brexit’, dijo que debía tenerse en cuenta “la aversión hereditaria hacia el imperio británico de un presidente mitad keniano”.

Sus payasadas –como la de lanzarse en tirolesa y quedar atrapado a la mitad del recorrido durante los Juegos Olímpicos de Londres– le han servido, hasta ahora, para evadir sus mentiras y despropósitos desde que fue expulsado de su primer trabajo como periodista en el “Times”, por haber inventado una citación. De poco le servirán sus farsas ahora que ocupa el puesto más importante del Estado cuando deba enfrentar a los funcionarios de Bruselas, que ya anunciaron que no cambiarán una coma del acuerdo para el ‘brexit’ que ya firmaron con Theresa May.

¿Cómo evitar nuevas elecciones legislativas si en los comicios del Parlamento Europeo, en los que tuvo que participar el Reino Unido, ganaron masivamente los partidos ‘antibrexit’?

Por el momento, ‘Bojo’ ha bajado el tono con respecto a la Gran Bretaña mundial, que tanto atrae a los nostálgicos del imperio, y evita hablar sobre su cercanía con Trump para evitar la controversia, y ya anunció una serie de medidas rápidas para atraer a los inversionistas extranjeros, sin precisar mucho de qué se trata.

La elección de ‘Bojo’ sirve, en realidad, como termómetro para medir el desasosiego que reina entre los conservadores británicos, que ven en este personaje burlesco la última esperanza para cerrarle el paso al ultraderechista Nigel Farage.

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