La OEA inició trabajos para frenar la corrupción en Honduras

(EFE). La Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) de la Organización de Estados Americanos (OEA), inició esta martes oficialmente operaciones en Tegucigalpa, en , entre las expectativas de un pueblo que ha sufrido las consecuencias de ese flagelo y la violencia criminal. 

El vocero de la Maccih, el ex ministro peruano Juan Jiménez, dijo en rueda de prensa que han "presentado sus acreditaciones oficiales" a autoridades de hondureñas, con lo que se ha iniciado el trabajo en Tegucigalpa. 

"El objetivo central de la Maccih es apoyar al Estado de Honduras al pueblo de Honduras en el combate de la corrupción. El protagonista, los protagonistas de este esfuerzo son las y los hondureños", enfatizó. 

Agregó que la Maccih, propuesta en enero de este año por la OEA al gobierno de Honduras y cuyo convenio de constitución fue suscrito el 19 de enero, "es un vehículo de apoyo" que trabajará en "cuatro líneas de acción". 

La primera es el combate a la corrupción, para lo que la Misión trabajará con el Ministerio Público y el poder judicial, más el respaldo de la sociedad civil y la comunidad internacional. 

La segunda tiene que ver con las reformas a la justicia penal, en lo que la Maccih contribuirá con las instituciones del sistema de justicia para poder iniciar cambios normativos es institucionales, explicó Jiménez, quien además es representante del secretario general de la OEA, Luis Almagro. 

La siguiente línea de trabajo está vinculada a las reformas electorales en el país y la financiación de los partidos y campañas políticas, algo que "es el origen de muchos de los aspectos que luego se vinculan con la corrupción", añadió. 

La cuarta se centrará en la seguridad ciudadana en un país con altos índices de violencia, pese a que en los últimos dos años se ha reducido la criminalidad, según registros oficiales. 

La violencia deja un promedio de trece muertos diarios en Honduras, según autoridades de la Secretaría de Seguridad y organismos de derechos humanos. 

Jiménez señaló que se necesitan nuevas estrategias vinculadas al tema de la seguridad, que incluyan la protección de defensores de derechos humanos, periodistas, comunicadores sociales y operadores de justicia. 

El vocero de la Maccih también indicó que el organismo, constituido para un trabajo de cuatro años, opera con financiación externa y que se tiene el ofrecimiento de apoyo económico de países como Canadá, Estados Unidos y de la Unión Europea. 

Agregó que al finalizar el primer año la Maccih deberá estar operando con 52 personas. 

La Maccih surgió después de que en 2015 no hubo un consenso entre una iniciativa propuesta por un movimiento social denominado "Oposición Indignada" que solicitaba una Misión Internacional Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras y otra similar del Gobierno que preside Juan Orlando Hernández, con apoyo de la OEA y la ONU. 

La Maccih inició operaciones en Honduras cuando el país sigue impactado por el asesinato de la defensora de derechos humanos Berta Cáceres, el 3 de marzo. 

A eso se suma la denuncia, en las últimas dos semanas, del diario local "El Heraldo" y "The New York Times", sobre la participación de oficiales y mandos intermedios de la Policía en el asesinato del zar antidrogas hondureño Julián Arístides González, en 2009, y el exasesor en asuntos de narcotráfico Alfredo Landaverde, en 2011. 

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