El conflicto yemení se ha saldado con la muerte de al menos 6.660 civiles y 10.563 heridos. Es considerado como la mayor tragedia humanitaria de la actualidad. (Foto: Reuters)
El conflicto yemení se ha saldado con la muerte de al menos 6.660 civiles y 10.563 heridos. Es considerado como la mayor tragedia humanitaria de la actualidad. (Foto: Reuters)
Redacción EC

El nuevo intento mediador de Naciones Unidas para poner fin al conflicto en , que ha generado la peor crisis humanitaria actual en el mundo, ha fracasado por la ausencia de los rebeldes hutíes en Ginebra, donde debían tener lugar las consultas.

El diálogo debía comenzar el jueves y así lo confirmó la víspera el enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, a pesar de que ya se sabía que la delegación de los insurgentes no había podido partir de Saná ni había indicios de que pudiera hacerlo en las siguientes horas.

Habían transcurrido dos años desde que las partes se reunieron por última en Kuwait y había mucha expectación ante el eventual encuentro entre representantes del Gobierno del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, exiliado en Riad, y delegados de los rebeldes hutíes, que se levantaron en armas contra el Ejecutivo en septiembre de 2014.

Tras tres días en Ginebra a la espera, Griffiths dio hoy una rueda de prensa en la que quitó hierro a la ausencia de una de las partes argumentando que retomar el diálogo, tras dos años sin negociaciones reales, siempre es complicado.

"Todo el mundo sabe que cuando el proceso de paz se retoma es difícil, es un momento delicado, frágil", agregó, y explicó que irá donde tenga que ir y hará que las partes se reúnan donde quieran reunirse, "y donde se sientan cómodos", con tal de que el proceso prosiga.

No solo no se contentó con argumentar el difícil contexto, sino que el mediador justificó la ausencia de los hutíes y explicó que no llegaron a Ginebra "porque no pudieron".

Especificó que los rebeldes "querían estar aquí, les hubiera gustado estar aquí, pero no se dieron las condiciones", subrayó Griffiths, sin dar más detalles de cuáles fueron esas condiciones.

Algo que irritó profundamente al ministro de Exteriores yemení y jefe de la delegación gubernamental en las consultas, Jaled al-Yamani.

"Las palabras del enviado especial (Martin Griffiths) fueron muy desafortunadas al justificar a los que cometieron un golpe de Estado y dar excusas sobre su ausencia. Estamos muy insatisfechos con su posición", afirmó Al-Yamani en una rueda de prensa posterior.

"Justificar a los hutíes no está bien porque entonces no hay techo, cualquiera de sus demandas será aceptada", se lamentó Al-Yamani.

Para el mediador, las consultas sí que comenzaron por el hecho de que había mantenido diversas reuniones con el Gobierno.

"Para mí lo importante es que las consultas comenzaron estos últimos días. Tuvimos profundas y enriquecedoras consultas con el Gobierno. El proceso comenzó, tal vez no de la manera en que queríamos, pero comenzó", afirmó.

Concretamente se trataron varios temas relacionados con medidas de confianza, como la necesidad de liberar a los prisioneros, aspectos económicos como el pago de salarios a los funcionarios, así como la vital importancia de la reapertura del aeropuerto de Saná, entre otros.

Griffiths especificó que lo que pretende hacer para mantener las consultas "vivas" es trasladarse a Saná y a Muscat (capital de Omán) para reunirse con los representantes de los hutíes e intentar hablar de los mismos temas de los que habló con el Gobierno.

"Esto es a lo que me refiero cuando digo que el proceso comenzó", puntualizó.

De hecho el mediador dijo que si bien no sabía cuando convocaría a las partes de nuevo, subrayó que está convencido que los hutíes "querían venir y vendrán, simplemente esta vez no pudieron".

Consultado Al-Yamani sobre si sus críticas al mediador se iban a traducir en una desvinculación del proceso, respondió negativamente y confirmó que su Gobierno sigue comprometido con el diálogo de paz.

"No hay una solución militar al conflicto", subrayó, aunque al mismo tiempo aseguró que el Ejecutivo y la coalición árabe que lo sustenta desde 2015 seguirá actuando "hasta que restauremos nuestra autoridad y nuestra soberanía en todo el país".

El Gobierno de Hadi cuenta desde marzo de 2015 con el apoyo de una coalición de países árabes -Baréin, Catar, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Marruecos y Sudán, y liderada por Arabia Saudí- que le presta un vital refuerzo militar.

Mientras que los rebeldes hutíes están apoyados por Irán, dado que los insurgentes son chiíes.

En tres años y medio el conflicto yemení se ha saldado con la muerte de al menos 6.660 civiles y 10.563 heridos, y es considerado por la ONU como la mayor tragedia humanitaria de la actualidad.

Según Naciones Unidas, el 75 % de la población —22 millones de personas— necesita asistencia humanitaria para sobrevivir; el 55 % —16 millones— no tiene acceso a agua potable ni saneamiento, y 2,9 millones de mujeres y niños padecen de desnutrición aguda.

Fuente: EFE

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