Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Vladimir Putin, su par ruso. (Foto: Agencias)
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Vladimir Putin, su par ruso. (Foto: Agencias)
Redacción EC

Tres llamadas por teléfono, varias menciones en sus discursos, elogios y algún que otro reclamo. Desde que llegó a la presidencia de Estados Unidos en enero de este año, esas fueron las alusiones que compartió con su par ruso, . Eso sí, nunca cara a cara, hasta ahora.

Este viernes, en el marco de la cumbre internacional del G20 , ambos mandatarios se sentarán lado a lado y compartirán un diálogo que se robará la atención de todos los demás que puedan concretarse durante la jornada.

Aún no hay agenda oficial, sin embargo, la historia compartida de los últimos meses hace que las especulaciones se acerquen bastante a la realidad: el Rusiagate, Siria y Corea del Norte no serán fáciles de evadir.

¿Cómo llega la relación bilateral a este encuentro clave?

—Halagos—

Durante las últimas semanas de la carrera presidencial, el jefe del Kremlin había elegido a su favorito entre Hillary Clinton y Trump y dicho sobre el magnate: "Es una persona muy brillante y de talento, sin duda alguna. No es asunto nuestro destacar sus cualidades, pero es el líder absoluto en la carrera presidencial".

Al piropo, Trump había respondido con la misma gentileza, en tanto quería marcar su férrea diferencia respecto de su predecesor, Barack Obama , quien en ocho años no logró un vínculo llevadero con Rusia . "Es un gran honor ser halagado de esa forma por un hombre tan respetado dentro de su país y más allá", dijo. Siempre destacó que su voluntad sería tener un gran vínculo: "Vamos a tener una estupenda relación con Putin y con Rusia".

—Rusiagate—

La buena onda pareció esfumarse con la llegada de Trump a la Casa Blanca . Los rumores sobre la posible injerencia rusa en las elecciones presidenciales a favor del republicano complicaron los días de paz bilateral.

Hubo cruces, acusaciones ante la Justicia, renuncias de funcionarios. Michael Flynn, el ex asesor de Seguridad Nacional, debió abandonar su cargo en febrero tras conocerse que él había mantenido reuniones con funcionarios rusos y había ocultado esa información al vicepresidente Mike Pence. Además, el ex director del FBI, James Comey, que fue separado del puesto en mayo por el propio Trump, dijo que la decisión el mandatario la tomó para evitar que la investigación sobre los vínculos entre ambos gobiernos avance.

Ante esta situación, Putin se mostró dispuesto a colaborar y hasta ofreció las grabaciones de una charla entre Donald Trump y el canciller ruso Serguei Lavrov, en la cual el mandatario habría compartido información que no debía.

Trump, sobre el tema, siempre dijo lo mismo: "Es la mayor caza de brujas en la historia de Estados Unidos". Aunque desde Polonia, su parada anterior a la cumbre del G20, dijo creer que Moscú intervino en la elección de 2016, pero sugirió que no fue el único país que lo hizo.

—Guerra en Siria—

Una vez más, Estados Unidos y Rusia están en distintos bandos. Washington lidera la coalición internacional que apoya a los rebeldes que luchan contra el gobierno y Estado Islámico y considera que la única forma de encontrar la paz es con la renuncia del presidente Bashar al-Assad . Por su parte, Moscú es aliado del líder del régimen y está en contra de que abandone su cargo.

En abril de este año, tras un ataque con armas químicas, Trump ordenó bombardear y destruir una base aérea siria. Entonces, dijo: "Si Rusia no hubiera defendido a este animal (por al-Assad), no existiría problema ahora".

La respuesta de Putin no tardó en llegar. "Se puede decir que el grado de confianza en nuestras relaciones de trabajo, especialmente en el área militar, no ha mejorado sino que, al contrario, se ha deteriorado", aseguró el líder del Kremlin y dio así por liquidadas la esperanza del año anterior.

—La tensión con Corea del Norte—

En los últimos meses, los problemas entre Washington y Pyongyang parecen solo crecer. La seguidilla de pruebas balísticas del régimen asiático y el lanzamiento del misil intercontinental de esta semana provocaron la ira y la preocupación de la Casa Blanca, que respondió a Corea del Norte con otra prueba de misiles.

Trump está convencido que hay que castigar el accionar del líder Kim Jong-un y además insiste en que bajo ningún punto de vista la comunidad internacional debe permitir que desarrolle arsenal nuclear.

Rusia es aliada de China , que es cercana a Corea del Norte. Sus vínculos son tales que sí intervinieron en la escalada de tensión, aunque no como el republicano hubiera querido. Si bien Putin sabe que las pruebas de Kim son peligrosas, reclamó que se retome "el diálogo" con el régimen para resolver las tensiones en la península coreana.

"Debemos dejar de intimidar a Corea del Norte y encontrar una solución pacífica al problema", dijo el ruso semanas atrás.

Ahora, el mundo tiene la mirada puesta en este mano a mano histórico. Donald Trump y Vladimir Putin se sentarán frente a frente. Habrá que esperar para ver qué se reclaman y qué dice cada uno del otro tras el encuentro.

Fuente: La Nación, GDA
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