(Ilustración: Giovanni Tazza).
(Ilustración: Giovanni Tazza).
Dawn Foster

¿Qué sucede cuando las derrotas “históricas” se vuelven comunes?

Una vez más, la primera ministra planteó su plan para el ‘’ frente a la Cámara de los Comunes. Una vez más, ella ha sido derrotada “históricamente”: 242 votos a favor, 391 en contra.

Cuando se trata del ‘brexit’, el único problema que la ha ocupado desde que asumió el cargo, May es absolutamente impotente. Sin embargo, su enemigo más peligroso no es una obstinada Unión Europea, ni siquiera el opositor Partido Laborista, sino el ala de derecha fanática de su propio Partido Conservador. Sus detractores más viciosos se sientan detrás de ella durante las votaciones en el Parlamento, el resto del tiempo recorren estudios de radio y televisión para denunciarla alegremente.

Su última “derrota histórica” fue en enero, cuando un acuerdo casi idéntico que describía los términos de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea fue aplastado. Desde entonces, ha demorado una y otra vez llevar el asunto a una nueva votación, esperando que algo pueda cambiar.

Por un breve período, el 12 de marzo parecía que podría. Tal vez el ‘brexit’ finalmente pasaría a su siguiente fase en lugar de detenerse interminablemente. El 11 de marzo, May fue a Estrasburgo, la sede del Parlamento Europeo, para mendigar por concesiones y garantías suficientes para poder persuadir a los conservadores rebeldes a votar por una nueva versión del mismo “acuerdo de retirada” que “históricamente” derrotaron en enero. Esa noche, ella apareció en una conferencia de prensa con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunciando los supuestos cambios, mientras que en Londres uno de sus funcionarios fue al Parlamento para vender el plan.

¿Sería eso suficiente para hacer que el débil acuerdo de May se hiciera realidad? No. En la tarde del 12 de marzo, su propio fiscal general ofreció una opinión: Las “concesiones” no cambiaron el contenido del acuerdo.

En los últimos meses, May dependía de los temores a un ‘brexit’ sin acuerdo para presionar al Parlamento a votar a su favor. Esa fue la estrategia durante meses: adelantar el reloj antes de la fecha límite del 29 de marzo y asumir que el Parlamento se alinearía para proteger la economía de Gran Bretaña y su propia reputación, en lugar de enfrentar el caos económico y la vergüenza política de una salida desordenada.

Pero con solo 15 días por delante, no está funcionando. Los ‘brexiteers’ aún consideran que el acuerdo de May es demasiado blando y preferirían salir de Europa agresivamente. Mientras tanto, el Partido Laborista, lógicamente, no quiere tener nada que ver con la facilitación del ‘brexit’ de May: este es el problema de los conservadores, y todas las repercusiones deben ponerse directamente en su puerta. Cada vez más, May ha estado sugiriendo que el ‘brexit’ podría retrasarse.

En los próximos días, habrá más votos “históricos” en el Parlamento. El siguiente paso: una votación sobre si Gran Bretaña debe solicitar una extensión del ‘brexit’.

Pero incluso si hay un retraso, es difícil ver qué cambiará. Juncker le ha dicho a May que “no habrá una tercera oportunidad”. La política alrededor del ‘brexit’ parece increíblemente estancada. Por eso, la única opción que tiene sentido en este punto es una nueva elección. Si el Parlamento no puede hacer nada, vamos a elegir uno nuevo.

Es una opción arriesgada. Una elección general no se puede llevar a cabo en los próximos 15 días. Requeriría retrasar el ‘brexit’ por meses. La fecha más temprana posible para una elección podría ser el 25 de abril. Y May tiene buenas razones para temer los resultados: la última vez que convocó a una elección, en el 2017, esperaba ganar un mandato a favor de su política para el ‘brexit’ y terminó perdiendo escaños en el Parlamento en su lugar. Si hay algo en lo que esta primera ministra es experta, es en perder.

Pero ahora el Parlamento está completamente congelado. May no tiene poder ni manera de avanzar, y no queda nada que perder. Ella más bien podría quemarlo todo y tratar de comenzar de nuevo.

–Glosado y editado–
© The New York Times