Caso Arlette Contreras: Minsa alerta sobre salud mental de víctimas de agresión
Caso Arlette Contreras: Minsa alerta sobre salud mental de víctimas de agresión

Hay sentencias que duelen más que un golpe. Luchar tres años buscando una condena. Apelar porque solo le dieron un año y encontrar que, luego de la misma, ya ni eso tienes. Solo te queda volver a ver el video del día que te arrastraron. 

No es tu culpa, Arlette. El responsable es el sistema de administración de justicia hecho para que los agresores salgan libres, para que las denunciantes desistan, para sumirte en la desesperación, para que acabes siendo la mala del cuento y te volteen la tortilla. 

En la última marcha de Ni Una Menos me preguntaron cómo me sentía siendo una víctima. Respondí que era sobreviviente de la violencia pero víctima del sistema. Tu fallo, Arlette, es una prueba más. Ir a la comisaría es la ruta al infierno. 

El Poder Judicial es el último eslabón de una cadena ineficiente. Como periodista he visto muchos casos de agresión. Además, hoy entiendo en primera persona cómo se sufre en el proceso.  

Esto no es Disney. No hay final de cuento. Nunca llega el “vivieron pagando sus culpas por siempre”. Lograr condenas debe ser una obligación del Estado. No serán ejemplares pero sí reales. No más agresores libres. Peor mensaje que condenar a alguien por lesiones leves o graves es buscar que pague por tentativa, sea absuelto y le borren los antecedentes. 

Así como un médico no opera a su familia, una víctima no decide la tipificación de su caso. La fiscalía debe ver lo que podrá probar. Solo ellos conocen su carga procesal, recursos, el tiempo que tienen para investigar. No improvisen. Si en cada caso mediático van a acusar como tentativa, ¿cuántos más serán absueltos?  

La gente quiere hacer justicia con sus propias manos, pero no por eso van a amarrar a los agresores en postes y apedrearlos. Hay que basarse en peritajes, evitar la percepción. No darle cabida a la potencial corrupción. Ser lo más objetivo posible. Este sistema protege al culpable. Los testigos mienten, interpretan, pero la evidencia cuenta la historia real. El delito de lesiones graves tiene una pena de hasta ocho años. Teniendo un video tan fuerte, ¿qué juez no habría condenado a Adriano Pozo por eso? 

¿Querían hacer historia? Lo lograron. Arlette Contreras, símbolo de la lucha para erradicar la violencia contra la mujer, activista premiada por Melania Trump, tiene a su agresor absuelto y anuncian que la demandarán por difamación. 

Lo más importante es demostrar que sí hubo agresión, que la víctima no mintió. Protegerla. Tenemos que lograr que los agresores tengan antecedentes, así nos quede hambre de más. Sentencia a sentencia penetraremos un sistema inútil. Toca aprender a navegarlo. Nada es peor que la impunidad.