Centro de gobierno, por Alfonso Tolmos
Centro de gobierno, por Alfonso Tolmos
Alfonso Tolmos

Según los indicadores de gobernanza globales del Banco Mundial, el Perú es percibido como un país con inestabilidad política y violencia, poca confianza en las reglas de juego, poco control de la corrupción y baja efectividad del gobierno. 

El Estado Peruano no cuenta con una organización de vanguardia que facilite gobernar. Muchas de sus prioridades son de carácter multisectorial e intergubernamental, lo cual no encuentra eco en su estructura organizacional actual. Existen falencias importantes en el más alto nivel del gobierno: i) la falta de priorización estratégica y de un adecuado seguimiento y evaluación; ii) pocas sinergias entre sectores para resolver problemas multisectoriales; iii) inexistente articulación entre niveles de gobierno y sin economías de escala; y iv) insuficiente lucha contra la corrupción. 

Se requiere un centro de gobierno (CG) estratégico y ejecutivo con una estructura matricial que tenga, por un lado, una mirada sectorial con un enfoque de gestión estratégica para alcanzar las metas, cerrar las brechas y optimizar los impactos en la población y, por otro, una mirada territorial que construya una institucionalidad democrática participativa y mejore el proceso de descentralización. En este CG, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) debe jugar un rol clave, a partir de los importantes avances que ha realizado en el marco del presupuesto por resultados durante la última década. 

Así, la reforma del Estado para implementar un CG debería incluir lo siguiente: 

1. La Presidencia de la República, la cual dirige la política general del gobierno, debe contar con una unidad estratégica y de cumplimiento (Delivery Unit, como en el Reino Unido) que ponga en funcionamiento el CG, le dé un nuevo vuelo al Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan) y asegure la entrega de servicios públicos de calidad para la población. Adicionalmente, la presidencia debe contar con una unidad anticorrupción complementaria a la Contraloría General de la República. 

2. El Consejo de Ministros tiene que incorporar una visión multisectorial a la dirección y gestión de los servicios públicos. Se requiere agrupar a los ministerios en temáticas multisectoriales y nombrar a un ministro responsable por cada una de estas temáticas que coordine a los demás y rinda cuentas por los resultados alcanzados. En la búsqueda de eficiencias, se deben fusionar a aquellos ministerios que dupliquen funciones e identificar los vacíos para cubrirlos. 

3. El Consejo de Coordinación Intergubernamental, presidido por el presidente de la República y conformado por gobernadores regionales y una representación de alcaldes, debiera ser implementado para aportar una visión descentralizada a la más alta autoridad de gobierno del país, generar una escala adecuada de desarrollo económico y social en los territorios, y promover polos de desarrollo macrorregional en el norte, sur, centro, oriente y capital del país. 

4. La Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) debe contar con una organización interna que permita ejercer mejor tanto la coordinación de las funciones de los ministros como la dirección del proceso de descentralización. Para ello, debe contar, además del primer ministro, con dos autoridades con rango de ministro: i) autoridad sectorial, para la coordinación interministerial; ii) autoridad territorial, para la coordinación intergubernamental. Bajo este esquema, no sería necesario la creación de un ministerio territorial, pero sí la de un equipo de alto nivel dentro de la PCM. 

Esta reforma del Estado Peruano es necesaria y no debería generar ni costos incrementales al erario nacional ni burocracia adicional. Nos debemos preparar para una nueva etapa de modernidad y desarrollo que nos permita ingresar a la OCDE de países desarrollados. En los primeros 100 días del nuevo de gobierno se abre una ventana de oportunidad para avanzar en la reforma del Estado. Aprovechemos esta oportunidad.