Desde los Juegos Olmpicos de Barcelona en 1992, el discurso del megaevento como estado excepcional y temporal se ha desplazado a uno de transformacin urbana a largo plazo.

Qu debemos esperar de los Juegos Panamericanos 2019 en Lima? Cmo asegurarnos de que la inversin vaya ms all del evento, ms all del branding, y tenga un impacto positivo y perdurable sobre la ciudad?

En la mayora de casos histricos, no ha existido una planificacin posevento para nuevas infraestructuras olmpicas. En Beijing 2008 y Atenas 2004, por ejemplo, el proceso fue marcado por el abandono: se apuesta por ganar los juegos y poner a la ciudad en escena, y luego la infraestructura queda subutilizada o en ruinas. Por ejemplo, el Water Cube, diseado por la conocida arquitecta Zaha Hadid, para las Olimpiadas de Beijing, yace abandonado, con prdidas de ms de un milln de dlares anuales en mantenimiento, pese a recibir un subsidio del gobierno.

Para evitar esto, el plan maestro debe ser pensado a largo plazo. Es decir, lo que se disee para suplir la demanda momentnea del evento debe ser fcilmente adaptable para cubrir las demandas cotidianas de la poblacin despus del evento. El reto ms importante, entonces, es entender cul debiera ser el legado de los juegos, estudiar qu zonas de la ciudad necesitan mayor atencin, qu equipamientos faltan en nuestra ciudad y cmo los juegos podran aprovecharse para cubrir este dficit. No debera darse el caso de que el gasto en nueva infraestructura niegue la posibilidad de construir equipamientos ms bsicos o urgentes, sino, por el contrario, que la inversin del evento pueda ser la primera etapa de implementacin para cubrir estas necesidades.

As, la infraestructura nueva villa olmpica, estadios, centros de entrenamiento, etc. podra disearse para que puedan convertirse en escuelas, museos, parques, bibliotecas o viviendas, segn las necesidades.

En Barcelona 1992 y Londres 2012, el enfoque de los juegos se centr en la regeneracin de la ciudad. En la capital britnica las infraestructuras nuevas se planificaron para tener una doble vida, siendo en muchos casos temporales y reciclables, fciles de desmantelar. Adems, la seleccin del lugar para albergar los juegos fue estratgica, concentrando todo el evento en una zona posindustrial y olvidada, transformndolo en un nuevo barrio y centralidad de la ciudad, con nuevas conexiones al transporte pblico.

Como en Barcelona antes de 1992, nuestra ciudad carece de infraestructura deportiva, cultural y recreacional. Debemos concebir a los Juegos Panamericanos como un gran catalizador urbano capaz de acelerar la reforma del transporte, generar nuevos espacios pblicos, promover la integracin vial y cultural de la ciudad. Adems, este acontecimiento exige que afinemos nuestros mecanismos de intervencin en la ciudad, especialmente en lo que respecta a alianzas pblico-privadas y proyectos intermunicipales, instrumentos bsicos para la transformacin de la urbe.

La prdida de la nominacin (an posible, pese a la ratificacin reciente de la sede), ms que un golpe a nuestro orgullo cvico, sera una gran prdida para los limeos. No permitamos que las fricciones polticas de turno nieguen esta oportunidad.