"Este panorama halagüeño para Emmanuel Macron no puede hacer olvidar, sin embargo, la alta tasa de abstención registrada el domingo pasado: 57,4%". (Foto: AFP)
"Este panorama halagüeño para Emmanuel Macron no puede hacer olvidar, sin embargo, la alta tasa de abstención registrada el domingo pasado: 57,4%". (Foto: AFP)
Francisco Belaunde

ganó su apuesta: su novísimo movimiento, La República en Marcha, logró hacerse de la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, con 308 escaños de un total de 577, tras la celebración de la segunda vuelta de las elecciones legislativas. Podría incluso prescindir del apoyo de su aliado, el Movimiento Democrático (Modem) de François Bayrou que ha obtenido 42 curules.

Se confirma así la tendencia de los franceses de otorgar a los mandatarios recién elegidos una fuerza suficiente en el Poder Legislativo para poder aplicar sus programas, lo que es posible por el hecho de que los comicios para la Cámara de Diputados se desarrollan después de la justa presidencial y no simultáneamente, como sucede aquí.

Es previsible que la agrupación del jefe de Estado también obtenga un resultado favorable cuando se produzca la renovación parcial del Senado, en setiembre próximo.

Este panorama halagüeño para Emmanuel Macron no puede hacer olvidar, sin embargo, la alta tasa de abstención registrada el domingo pasado: 57,4%. A ello se suma casi 10% de votos nulos y blancos. Nunca había pasado algo así desde que Charles de Gaulle fundó la V República en 1958. Es un claro indicativo de que hay mucho camino por recorrer para recomponer la relación entre el mundo político y diversos sectores significativos de la población, y en especial el de los jóvenes, que sufren particularmente por el desempleo. Habrá que ver a ese respecto si las medidas anunciadas en materia laboral, que buscan darle mayor flexibilidad al mercado de trabajo, tienen el efecto esperado en términos de creación de nuevas plazas en las empresas.

Por lo pronto, como es habitual en Francia cada vez que se intenta efectuar reformas de ese tipo, se prevén fuertes muestras de rechazo de la izquierda, en particular la del ex candidato presidencial y ahora flamante diputado Jean-Luc Mélenchon, tanto en el recinto parlamentario como en las calles, esperándose también las protestas de los sindicatos. Un punto favorable para Macron es que la economía gala viene experimentando en los últimos meses una recuperación apreciable, en consonancia con lo que viene sucediendo en general en la llamada zona euro.

Por otro lado, hay que decir que la composición misma de la nueva asamblea da un mensaje positivo en términos de renovación de la vida política pues, para empezar, es en promedio cinco años más joven que la anterior. Además, del total de diputados, alrededor del 75% es debutante. A ello también se suma una mayor presencia femenina: 38,6 % contra 26,9% en el 2012, así como el ingreso de miembros de la sociedad civil.

Una incógnita importante es qué va a pasar con las dos fuerzas tradicionales: la derecha clásica y el Partido Socialista. La primera se convierte en la primera bancada de oposición, con 130 diputados, aunque está latente la amenaza de una división. En cuanto a la segunda, su situación es calamitosa, pues apenas ha logrado obtener 30 curules y corre el riesgo de disgregarse tras las próximas reuniones de las instancias partidarias.

En resumen, se puede decir en estos momentos lo obvio, es decir, que Francia es escenario de movimientos políticos tectónicos. Está por verse si eso significa que se ha puesto en marcha, de acuerdo con la visión del nuevo jefe de Estado.