No más Venezuelas, por Martha Meier M.Q.
No más Venezuelas, por Martha Meier M.Q.
Redacción EC

Martha Meier M.Q.

Editora Central

“Yo dije que iba a ir preso y así fue. Eso haré con todos los fascistas” dijo Nicolás Maduro, el ilegítimo presidente venezolano, refiriéndose a la prisión que sufre Leopoldo López, líder de la oposición convertido en símbolo de un país rebelado contra quienes lo acercan al despeñadero. A Maduro, Venezuela se le está yendo de las manos, si es que no se le fue ya. Las protestas siguen expandiéndose pese a la militarización de ciudades enteras, y lejos de buscar salidas políticas, Maduro se aferra  al libreto cubano de la propaganda simple para que entre fácil: quien no es chavista, es fascista. Punto. Lo que no esperaban sus libretistas era la aparición en escena de personajes como Rubén Blades, no solo representativo del espíritu latino-caribeño, sino profundamente identificados con la cultura popular.  

El salsero panameño y ex candidato a la presidencia de su país le ha enmendado la plana al bebé probeta de Hugo Chávez. Blades había opinado sobre la división que padece Venezuela y Maduro dijo que el salsero estaba influido por las informaciones “manipuladas” de las cadenas televisivas “imperialistas”. Un indignado Blades le envió una carta en la que, entre otras varias cosas, le dice que “la oposición no está formada por cuatro gatos fascistas” y que podría convertirse en una verdadera estocada pues, de paso, ha cuestionado su representatividad, sugiriendo que se  realice una consulta nacional “para que el pueblo elija su destino”.Como si no estuviera ya bastante mellada la imagen del gobierno de Maduro, este le canceló el permiso para cumplir con sus labores en Venezuela, a la destacada periodista Patricia Janiot, de la cadena CNN en español. Y no sólo esto, según narró la propia Patricia, fue hostigada e intervenida en el aeropuerto cuando iba a abordar el avión que la sacaría de ese país. 

Prohibirle a Janiot cumplir con su labor, es parte del mensaje “antiimperialista” que por tantos años le funcionó a Fidel Castro. La gran diferencia es que la Cuba de Fidel no tiene un emporio petrolero y de grifos –Citgo, con 14,000 estaciones-  en el “imperio” ni es el primer proveedor de petróleo de los Estados Unidos. Los argumentos se le están acabando a los libretistas del hombre este que habla con “pajariticos”, que hasta hace no mucho era chofer (con todo el respeto que se merecen los choferes), y a quien Jimmy Carter -expresidente del “imperio”- le validó la elección.

Maduro es hoy un hombre sin rumbos, manejado como un títere por la inteligencia cubana que trata de infiltrarse también por estas tierras. Los cubanos andan muy activos en el Perú. Todo indica que esos lemas anti inversión, simplísimos, del tipo “Agua sí, oro no”, son producto cubano. De paso, el presidente regional de Cajamarca, el militante anti-inversión Gregorio “Goyo” Santos, alias Comandante Marañón, se formó profesionalmente en Cuba.
El presidente Ollanta Humala fue un candidato cercano al castro-chavista, que se alejó de esas tentaciones, pero ahora sus tibias declaraciones sobre la situación venezolana, deberían preocuparnos, un poquito.