Nadine, presidenta retroactiva, por Damita de Hierro
Nadine, presidenta retroactiva, por Damita de Hierro
Redacción EC

El miércoles, el dedicó peliagudos minutos a una de sus actividades preferidas: refutar a quienes lo cuestionan. Esta vez, es cierto, no los comparó con “gallinazos”, ni los amenazó –entre noventeras sonrisas– con “llevarlos a la punta del cerro... a conversar”. En una muestra de que, paso a paso, viene incorporando el decoro que conlleva el cargo, optó más bien por calificar de “asquerosa” la campaña contra Nadine Heredia, pues trata de “circunscribirla al título honorífico de primera dama [...] y no darle el peso a lo que es su trabajo como presidenta del ”.

No nos dejemos engañar por la fragilidad de esas palabras, ni tampoco por su cándido emisor: detrás de ellas yace un rocoso argumento. Uno tan bueno que en las últimas semanas ha venido siendo repetido por las más ilustres mentes del nacionalismo, entre ellas la de Daniel “no pueden pretender callar a la presidenta del partido político que es Gobierno” y Ana María “declara como presidenta del partido” .

El argumento es tan bueno que, si nos lo repiten un par de veces más, comenzaremos a creer que , que teníamos entendido es presidenta del Partido Nacionalista desde diciembre, lo era en realidad desde muchísimo tiempo antes. Todo comenzaría a indicar, en efecto, que ella era ya presidenta del Partido Nacionalista cuando daba “luz verde” a ; era ya presidenta del Partido Nacionalista cuando nos anunciaba que habían capturado a Artemio; y era ya presidenta del Partido Nacionalista cuando, un invernal 28 de julio del 2011, comenzaba a gobernar “en familia”.