La avenida Javier Prado, en el cruce con la avenida Arenales y otras vías cercanas, fue uno de los puntos donde se captó a varios infractores. La multa es de S/336. (Anthony Niño de Guzman / El Comercio)
La avenida Javier Prado, en el cruce con la avenida Arenales y otras vías cercanas, fue uno de los puntos donde se captó a varios infractores. La multa es de S/336. (Anthony Niño de Guzman / El Comercio)
Enzo Defilippi

Yo, como muchos otros, creía que el solo se iba a implementar mientras durasen los . Pero no, es permanente. La Municipalidad de Lima se ha ido por su lado sin importarle el esfuerzo desplegado en crear la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (). ¿Es que ya no la necesitamos? ¿Qué dice el ?

El hecho de que mucha gente siga creyendo que la ordenanza es temporal revela la tremenda improvisación con la que se dictó la medida. El alcalde la anunció un jueves, fue aprobada el viernes y comenzó a implementarse el lunes. Sin campaña de información o sensibilización de por medio. Exactamente lo contrario a la mínima planificación que requiere cualquier sistema de transporte civilizado.

Es cierto que Lima necesita regular el número de vehículos que circulan por sus calles. También que el ‘pico y placa’ es una de las alternativas que deberían ser evaluadas. Pero nada indica que el sistema híbrido que hemos implantado tenga sentido. Si fuese temporal y tuviese como finalidad ayudar a que los Panamericanos sean el éxito que han sido, vaya y pase. Pero su adopción como solución permanente requiere de estudios técnicos serios, además de una discusión pública en la que se consideren costos y alternativas. Ha sido una tremenda irresponsabilidad aprobarlo sin ello.

Este sistema es muy ineficiente y va a empeorar los niveles de contaminación en la ciudad. Por un lado, porque no reduce el número de vehículos en las calles. El aumento de velocidad que estamos viendo en algunas vías se está produciendo a costa de empeorar el tráfico en las demás. Es decir, las ganancias de los lecheros se están produciendo a expensas de los piñas. Más aun, debido a que las calles por las que ahora circulan estos últimos no están preparadas para soportar el aumento de tráfico, los beneficios de unos ni siquiera compensan las pérdidas de los otros. En mi caso, por ejemplo, gano unos 10-15 minutos por trayecto los días en que soy lechero, pero pierdo al menos 25 cuando soy piña. Si, como me dice mi intuición, a un número suficientemente alto de automovilistas le sucede lo mismo, todos salimos perdiendo. Y tener muchos motores encendidos por más tiempo que el necesario contribuye en no poco a aumentar los niveles de contaminación en la ciudad. ¿Nadie pensó en esto?

Asimismo, muchos usuarios de taxi por aplicativo ya no pueden tener certeza sobre cuánto durará su viaje, dado que existe un 50% de probabilidades de que el taxista sea piña. Tremendo revés para la utilización de la tecnología en el transporte urbano.

Uno podría argumentar que quienes se desplazan en transporte público salen ganando, pues enfrentan menor tráfico de lunes a jueves. Sí, pero solo quienes viajan por un trayecto que se inicia y termina en las vías reguladas. Las conexiones enfrentan mayor tráfico que antes. La probabilidad de que los beneficios netos estén cercanos a cero o sean negativos es bastante alta. Por eso se necesitaba un estudio serio antes de tomar la decisión.

Lima merece un buen sistema de transporte. Pero nunca lo vamos a tener haciendo las cosas así, al tuntún.