(Fotos: Congreso/El Comercio)
(Fotos: Congreso/El Comercio)
Pedro Tenorio

Entre las terribles revelaciones que llegan de Brasil y las reacciones de la clase política tratando de atenuar los efectos del escándalo Lava Jato en el Perú, vale la pena preguntarnos por el anunciado “relanzamiento” de (y por qué). Veamos: FP sigue siendo la principal fuerza política del Congreso, sus votos (53) resultan claves para aprobar leyes y someter al Ejecutivo al control político que la Constitución le asigna al Parlamento. Además, logró detener la seguidilla de renuncias a la bancada como consecuencia de la detención preventiva de su lideresa Keiko Fujimori y la actitud de confrontación permanente de sus voceros ante un Ejecutivo que, por entonces (fines del año pasado), se mantenía al alza. Asimismo, aspira al poder aun cuando las actuales circunstancias de su candidata natural la ubiquen muy, muy lejos de ese objetivo.

Es así que FP anuncia al país un relanzamiento que, para colmo de males, llegó en un pésimo momento: dos días después y cuando aún se discutía si la renovación era real –debido a los rostros y mensajes que acompañaron su presentación, muchos de ellos de la época de Alberto Fujimori–, Alan García se quitó la vida y, con ello, capitalizó la agenda noticiosa. Pocos se enteraron o, lo que es peor, pocos han dado importancia al hecho de que FP decidiera “iniciar el segundo tiempo” del período 2016-2021 con otra actitud. Sin embargo, lo mostrado hasta hoy no pasa de ser una mera promesa.

¿Dónde está la agenda legislativa para esta nueva etapa? ¿Cuáles son las iniciativas que demostrarán que el cambio es real y no cosmético? ¿Entienden las necesidades del país o van a reforzar la agenda conservadora que tanto los entusiasma?

El podría, por ejemplo, priorizar ideas como las que el economista , ex asesor de FP en la campaña electoral del 2016, desarrolló en un reciente artículo de opinión en este Diario, haciendo un llamado al Congreso para coordinar con el Ejecutivo un paquete de iniciativas que apuntalen la reactivación y el crecimiento económico, así como la formalización del empleo. Cuba postula un “combo formalizador” que permita crecer de manera sostenible y generando oportunidades para millones de jóvenes, así como ingresos que le permitan al Estado atacar desigualdades y atender servicios para los más pobres.

De otro lado, en pocas semanas (inicios de junio) seis magistrados del Tribunal Constitucional cumplirán su período. ¿Entiende FP que una mala renovación del TC generaría grandes problemas al país? ¿Es posible concertar con otros partidos evitando la repartija?

En política, los hechos hablan mejor que las palabras.