(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Marco Sifuentes

...strucción. Pasamayo ha sido una cachetada de realidad para la clase política peruana, demasiado enfrascada en su juego de tronos como para prestar atención a lo que suceda fuera del eje Palacio-Choquehuanca-Centenario, un verdadero triángulo de las Bermudas en el que desaparecen todas las responsabilidades del Gobierno con los ciudadanos que no apellidan Fujimori. Las condolencias y empatía de los ministros con las familias de las víctimas suenan falsas apenas recordamos que este debería haber sido el Gabinete de la reconstrucción del norte. Un año después de iniciado el fenómeno de El Niño, cientos aún viven en carpas en un estadio de Chiclayo; más de mil familias han tomado el kilómetro 980 de la Panamericana Norte, con la temporada de lluvias casi encima; en módulos de un polideportivo de El Milagro, en Trujillo, 25 familias sin agua ni luz aún esperan que PPK despierte de su 'garrotera'. El Gobierno no gobierna desde que decidió que el país debía regresar al siglo XX.

...ciliación. Casi dos semanas después de volar en pedazos la institucionalidad democrática peruana con un indulto ilegal y más de una semana después de anunciar un “Gabinete de la reconciliación”, seguimos sin gobierno. El saldo: tres ministros renunciantes, dos –Mendoza y D’Alessio– seriamente comprometidos con un escándalo que probablemente los lleve ante juzgados internacionales y una primera ministra quemada por sus propios tuits incendiarios contra el indulto. Ninguno de los partidos que salvaron a PPK de la vacancia está dispuesto a prestarse a la pantomima. El keikismo –preso de un silencio inaudito– tampoco puede aliarse con una persona a la que querían destituir hace nada. Además, mientras más pase el tiempo será más obvio que Fujimori está más sano que el mismo PPK. Ipsos ha medido la aprobación del indulto, pero no la de la componenda. Un presidente que le debe su continuidad a un pacto bajo la mesa tan descarado tiene sus días contados. Esta vez ni siquiera la ambición desmedida podría convencer a alguien de ser ministro. Habría que tener vocación de bonzo. Por el momento, los únicos reconciliados serían Fujimori y Kuczynski, que nunca estuvieron realmente peleados.

...quista. Pareciera que PPK está esperando a que se resuelva el drama familiar de los Fujimori para dar el siguiente paso. Alberto, a través de Kenji, ha diseñado un plan de reconquista de su movimiento político. El ex dictador parece haber aprendido la lección y por eso su bancadita ha pedido que sea “consejero” de Fuerza Popular. O sea, Fujimori quiere ser el Montesinos del fujimorismo. Para esto, tendrá que encontrar su propia salita del SIN; su estancia en la clínica Centenario no puede ser eterna. Pero ante la perspectiva de que el indulto sea revocado en instancias internacionales o que el derecho de gracia no sea acatado en el Caso Pativilca, ¿es descabellado pensar en una nueva fuga a Japón? A estas alturas todo es posible y al resto de mortales no nos queda más que esperar hasta que alguien decida algo, mientras el país sigue paralizado. Los Fujimori han vuelto a secuestrar al Perú.