Cancillería peruana expresó su pesar por tiroteos en Estados Unidos. (Foto: EFE)
Cancillería peruana expresó su pesar por tiroteos en Estados Unidos. (Foto: EFE)
Kathleen Belew

Al igual que otros tiroteos masivos recientes, llegó . Si bien las autoridades aún trabajan para verificar si el documento pertenece al atacante, la evidencia parece clara: , minutos antes del atentado, por alguien del mismo nombre.

Por manifiesto, me refiero al documento que expone las razones políticas e ideológicas de la violencia, que conecta a esta con otros actos de violencia. Estamos familiarizados con estos. Podríamos recitarlos. Y, sin embargo, nuestra sociedad todavía carece de una comprensión fundamental de la naturaleza de esta violencia y de lo que significa.

Demasiadas personas siguen pensando en estos ataques como eventos únicos, en lugar de un conjunto de acciones interconectadas llevadas a cabo por terroristas internos. Gastamos demasiada tinta dividiéndolos en atentados antiinmigrantes, racistas, antimusulmanes o antisemitas, cuando todos están conectados entre sí por medio de una ideología más amplia del poder blanco.

De igual manera, muchas personas piensan que estos tiroteos son producto de un activismo marginal. No lo son: están planificados con el objetivo de incitar otra matanza mucho mayor al “despertar” a otras personas para que se unan al movimiento.

Si llega a verificarse, el manifiesto de El Paso vincula al tirador con la corriente principal del movimiento del poder blanco. Este movimiento nunca ha enfrentado un enjuiciamiento o una represión considerable que obstaculice su actividad. Como resultado de esto, ha podido hundir sus raíces en la sociedad.

Este movimiento se hace llamar, a menudo, nacionalista blanco, pero demasiadas personas malinterpretan este nombre como si se tratara de un simple patriotismo excesivo o un movimiento de promoción de lo blanco dentro de la nación. No obstante ello, ‘la nación’, para el nacionalismo blanco, no es Estados Unidos; es la nación aria, imaginada como una organización política transnacional.

El movimiento del poder blanco imagina una guerra racial, incitada por la violencia masiva y otras estrategias. Los textos centrales de este movimiento proporcionan una hoja de ruta sobre cómo podría tener éxito dicha violencia. Llamarlos ‘manuales’ es demasiado simplista: proporcionan las ideas y la visión colectivas mediante las que un movimiento marginal puede intentar una confrontación violenta que podría conducir a una guerra racial.

Para estas personas, el inminente cambio demográfico –el momento en el que una ciudad ya no será de mayoría blanca– representa un amenaza apocalíptica.

Tan horrible como el ataque de El Paso es el hecho de que este movimiento es capaz de recurrir a una violencia de mayor escala. El atentado de Oklahoma City (1995) –su acto más horrible hasta la fecha– es el asesinato en masa más grande en suelo estadounidense entre Pearl Harbor y el 11-S. No solo nos falta una comprensión generalizada de aquel bombardeo como un acto de violencia política, sino que hemos fallado en considerar a los muchos activistas que crean santuarios para , el autor de aquel ataque, esperando seguir sus pasos.

La historia del movimiento del poder blanco nos muestra que lo que parece nuevo en El Paso no lo es. Este movimiento no se ha vuelto peligroso gracias a las redes sociales; ha estado en Internet desde 1984. Tampoco se ha vuelto antiinmigrante hace poco. Pues si bien es cierto, la política actual ha inflamado el fervor antiinmigrante, los activistas del poder blanco han estado cartografiando las ‘tierras blancas’ e intentando defender esos espacios durante décadas.

Lo nuevo aquí es la efectividad generalizada de sus acciones: las tecnologías de asesinato que aumentan el recuento de cuerpos y la frecuencia de la violencia masiva.

No es suficiente descartar los tiroteos masivos como horrores que se hallan más allá de nuestra comprensión. Es nuestro deber comprender su significado y confrontar al movimiento que depende de ellos.

–Traducido, glosado y editado–
© The New York Times