Ilustración: Mónica Gonzáles.
Ilustración: Mónica Gonzáles.

En la vida real, es frecuente que los personajes pblicos no estn a la altura de la leyenda que los envuelve. El congresista Kenji Fujimori, sin embargo, ha demostrado en estos das que es todo lo que de l se dice y, encima, modesto, pues su afirmacin de que Mario Vargas Llosa es el primer activista anti-Keiko constituye a todas luces la elegante declinacin de un ttulo que en justicia le pertenece.

No hay, en efecto, anatema del escritor, marcha de colectivo pulpn ni descarga de recuerdos familiares de alto voltaje que haya golpeado hasta ahora las perspectivas electorales de su hermana tanto como el ramillete de tuits divulgado por l esta semana para llevarle a la lder de Fuerza Popular la contra con respecto a su declaracin de que en el 2021, no habr ningn candidato que se apellide Fujimori.

Asertos maravillosos

Como esquirlas de una granada arrojada al estrado donde ella bailaba abstrada al ritmo de Vamos, Keiko, vamos, las expresiones la decisin es ma, yo postular en el 2021 y esa alternancia tendr que darse tambin por casa vinieron a incrustarse sobre sus intentos de tratar la ltima pulla de su contendor Pedro Pablo Kuczynski como la ocurrencia de un gringo excntrico. PPK, como se sabe, acababa de comentar que votar por el fujimorismo era votar por una dinasta, y lo proclamado por Kenji coincida casi con la definicin de manual de ese concepto.

Al principio, Keiko pareci no comprender la gravedad de la situacin y continu bailando tocada con uno de esos exticos gorros que hicieron la alegra de Barnechea durante la primera vuelta. Pero un da despus, advertida por los titulares de los diarios y quizs por el veredicto de algn focus-group congregado para medir el impacto del desaguisado, tuvo que ponerse seria y dispensarle un rapapolvo al levantisco benjamn de la familia, que l encaj aparentando sumisin.

El dao, sin embargo, ya estaba hecho y dej a la candidata del conglomerado naranja repartiendo palos de ciego para tratar de asestarle a su contrincante un golpe que cambie el foco de la noticia y torne el escenario a su favor. Y si bien hasta ahora no ha tenido xito, en algn momento habr de conseguirlo, porque Kuczynski tampoco se ayuda mucho viajando por una semanita a los Estados Unidos a cautivar tal vez el voto republicano para la segunda vuelta.

El problema, no obstante, no es tanto borrar de la memoria de los electores lo que Kenji ya dijo, cuanto evitar lo que querr decir en el futuro, pues, por lnea de carrera, es claro que, si lo dejan, el muchacho va a pronunciar pronto algn otro aserto maravilloso. Esto es, una de esas sentencias suyas que con seguridad no ha sido extrada del I Ching y que desatar un nuevo trajn de bomberos en Fuerza Popular. Pero que, sobre todo, har preguntarse a los afectados si no habr un sitiecito disponible en el refugio donde han acomodado a Martha Chvez y Luisa Mara Cuculiza. Porque lo ms grave de las intervenciones de este inspirado congresista es que, al igual que las de las referidas seoras, evocan un sabor de principios de los noventas que creamos olvidado. El regreso del IQ de naranja, por as decirlo.

Esta columna fue publicada el 30/04/16 en larevista Somos.