"Alianza Lima: el ‘Profesor’ no encuentra su carpeta" [OPINIÓN]

La docencia no es una tarea sencilla. Los frutos de la enseñanza no dependen exclusivamente del discernimiento, la pericia pedagógica o la empatía del instructor con sus dirigidos, sino también de las aptitudes que posea el grupo humano que debe recibir el conocimiento. El ‘Profesor’ Pablo Bengoechea es un hombre de fútbol con la suficiente experiencia como para no responsabilizar públicamente a sus jugadores por los resultados y, sobre todo, por el nivel de juego de Alianza Lima durante las últimas semanas.

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En medio de un maremágnum de críticas justificadas, Pablo, como líder del equipo, ha decidido blindar a sus dirigidos y asumir él la exclusiva responsabilidad de la crisis. La intención es obvia. El técnico blanquiazul espera que el principio de reciprocidad se aplique esta vez y que sus pupilos, en la cancha, lo respalden de la misma forma que él lo ha hecho en conferencia con el grupo. Si algo tiene que decirle Bengoechea a los suyos será desde el viejo axioma psicológico que saluda las felicitaciones en público y las reprimendas en privado. Esta es una medida inteligente en el pleno período de turbulencia.

Si uno analiza la tabla del Descentralizado o el resultado obtenido en Avellaneda, sin prestarle atención a la expresión futbolística de los íntimos, los reproches parecen ser excesivos. Pero, a la luz del reciente juego colectivo blanquiazul, su laxitud en defensa y su dinámica en el campo, los problemas de los íntimos son indisimulables. Después de aplastar al Aurich, Alianza ha iniciado un preocupante camino descendente. Empató con Independiente en Argentina. Gracias a las manos milagrosas de Butrón, el resultado no le hizo justicia al trámite, Los ‘diablos rojos’ merecieron mejor suerte. Luego volvieron a vérselas con los chiclayanos, en una de sus peores versiones de los últimos años, consiguiendo una sufrida victoria. Después vinieron dos derrotas consecutivas y dolorosas: la del clásico, por su significado y lo inapelable de la victoria crema, y contra Municipal en un partido en que los grones fueron ampliamente superados y donde, una vez más, Butrón evitó que la derrota se convirtiera en humillante. Las voces de protesta se han alzado. Las lecciones del docente no las entienden los alumnos, proclaman algunos. ¿Es así?

Alianza tiene un plantel corto. Si Bengoechea tuvo injerencia directa en su armado, entonces le corresponde un porcentaje enorme de responsabilidad en este momento gris. Revisemos qué pasaría si se lesiona San Leao. ¿Están Campos o Prieto en condiciones de calzarse sus guantes? En la retaguardia, es inexplicable que Alianza contrate a Godoy, un ‘extranjero de jerarquía’ y que no sea el titular indiscutible. ¿O a lo mejor no era el defensa confiable que estaban buscando? En las bandas se fueron Trujillo y Guizazola porque, supuestamente, no daban la talla. ¿Son acaso sus reemplazos De la Haza y Cossio mejores?

En la medular, Pablo ha apostado por gente de experiencia y que conoce bien, como Cruzado y Ramírez. Rinaldo, que no era titular en el descendido Vallejo, está muy lejos de ser el que fue y ‘Cachito’ todavía no es regular en su rendimiento. Si a eso se le suman las constantes lesiones de Vílchez, los problemas se agudizan. Aguiar parece ser un acierto, pero sus goles no siempre pueden maquillar su falta de vértigo. Pacheco y Hohberg son futbolistas interesantes pero necesitan una estructura defensiva detrás que los ayude a potenciar su rendimiento. Arriba, sin competencia, el único delantero centro es Pajoy, pero resulta poco para un plantel con pretensiones de campeonato.

El hincha aliancista implora por la presencia de nuevos ‘potrillos’, pero cabe preguntarse si la cantera en Matute es tan fecunda como antes. Quevedo y Fuentes asoman como esperanzas de recambio pero, por ahora, son vagos destellos que no llegan a dar luz propia. Juegan bien un partido pero el siguiente se apagan. Están creciendo. En ese panorama, Alianza languidece. Y el ‘Profesor’ se sigue preguntando: “¿Dónde diablos puse la carpeta?”.

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