Banda criminal se impone en Suyo a través de la minería ilegal
Banda criminal se impone en Suyo a través de la minería ilegal
Redacción EC

Visitar el pueblo de Servilleta, en el distrito de Suyo, provincia de Ayabaca, es una tarea peligrosa: no solo hay que recelar del abrupto camino, apenas afirmado, sino también de los lugareños, quienes no pueden ocultar la tensión que les causa ver a desconocidos merodeando por sus tierras.

Para la policía, la aparente falta de hospitalidad en esta parte de la sierra piurana –muy cercana a la frontera con Ecuador– obedece a los grupos armados que sobreviven gracias a la minería informal. Desde hace más de siete años, Servilleta y otros pueblos aledaños sucumbieron a la depredación indiscriminada de los suelos y a la violencia que rodea la extracción ilegal del oro. 

Según información a la que tuvo acceso El Comercio, luego de visitar los poblados de Suyo, uno de los casos más preocupantes es el de Los Navarro. Se trata de una organización criminal integrada por peruanos y ecuatorianos que se dedica a la extorsión de campesinos, la explotación del recurso minero y la venta ilegal del precioso metal.

“Esta banda se ha apoderado de Suyo. Sin embargo, pocas son las víctimas que se atreven a denunciarlos por miedo a que las maten”, precisó uno de los 18 policías destacados al área, quien pidió mantener su identidad en reserva.

Además de extorsionar y controlar la extracción de oro, Los Navarro han monopolizado la exportación clandestina del mineral a Ecuador. Para ello recurren a trochas carrozables entre los caseríos de Guarguar, Hornillos y Zapotillo, donde la geografía es tan accidentada que la presencia de personal de entidades públicas como la PNP, el Ministerio Público, los ministerios de Salud o de Educación se traduce en visitas esporádicas durante la semana o es prácticamente nula. 

“A Los Navarro solo los controlas pagándoles”, comentó un poblador de Servilleta, quien admitió dedicarse a la minería ilegal. Según dijo, hasta febrero pasado pagaba unos S/.3 mil mensuales a la banda para que lo dejaran trabajar, aunque solo en una parte de lo que serían sus propiedades. Lo que se obtiene del resto, aclaró el denunciante, se lo quedan los delincuentes.

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