A raíz de la operación Perseo –en la que fueron detenidos 28 miembros del Movadef– se pudo conocer a los grupos minúsculos de fachada de Sendero Luminoso. (Foto: Lino Chipana/El Comercio)
A raíz de la operación Perseo –en la que fueron detenidos 28 miembros del Movadef– se pudo conocer a los grupos minúsculos de fachada de Sendero Luminoso. (Foto: Lino Chipana/El Comercio)
Enrique Vera

La germinación
Una mañana, a mediados de octubre de 1992, el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos y el entonces mayor EP Roberto Huamán Azcurra llegaron en una lancha a motor hasta la isla San Lorenzo. Abimael Guzmán, recluido ahí de forma provisional, había pedido conversar.

Al cabecilla de Sendero Luminoso (SL) le importaba tanto no aparecer más en traje a rayas como propulsar un acuerdo de paz con el Gobierno. Sabía que, con él en cárcel, era segura la extinción del PCP-SL y que la única forma de evitarlo sería virando la lucha armada hacia una embestida, más bien, política.

Montesinos permitió a Guzmán reunirse con 17 dirigentes senderistas presos para que los convenza de sus planes. Los trajo a inicios de octubre de 1993 desde el penal de Ayacucho y, en un ambiente de la recién estrenada Base Naval del Callao, las sesiones se prolongaron hasta enero de 1994. Todo ello quedó consignado en un documento titulado “Por una gran decisión y definición: luchar por el acuerdo de paz y sentar bases para el II Congreso (abril 1994)”.

Se trata del primer texto en el que Guzmán invoca a su dirigencia senderista a emprender una lucha política, primero desde las cárceles y luego, al salir de estas, “siempre resguardando la vida del partido”.

“Interprételo como guste”
Con el puño en alto, Manuel Fajardo advirtió que lo suyo es el comunismo sin armas y que las balas quedaron en el pasado. Eran los tensos minutos finales de la presentación del Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef) en Huamanga, Ayacucho.

Fajardo, el hosco abogado de Abimael Guzmán, después contestó una pregunta más: “¿qué significa el símbolo del Movadef?”.
Miró de soslayo la figura y comentó que los cerros y el sol rojos representan al país y sus problemas. De la trocha amarilla que se ve en la parte inferior, dijo que es “un esperanzador camino iluminado”. Alguien repreguntó: “¿O sea, un sendero luminoso?”. Fajardo alzó la voz: “Interprételo como guste”, dijo levantándose de una silla. Golpeó la mesa que tenía delante, y se fue.

El Comercio estuvo esa mañana de junio del 2010 en Huamanga y registró, además, el homenaje en el cementerio de la ciudad a líderes sindicales fallecidos; lo encabezaron Fajardo, entonces secretario general del Movadef, y el dirigente Cleto Falcón.
Así parecía haberse cristalizado la necesidad de Guzmán de organizar un frente político. Lo había perfilado en 1994 con la idea de preservar el PCP-SL, y lo impulsaría desde el 2003 para pedir una amnistía, a través de una estrategia a la que llamó: “Por la solución política de los problemas derivados de la guerra”.

La fallida inscripción
El expediente con que el Movadef intentó participar en las elecciones presidenciales del 2011 tiene 336 páginas. Fue uno de los legajos más voluminosos que el JNE registró ese año.

El Movadef incluyó en el documento a 75 comités, cada uno conformado en 75 distintas provincias del país por un mínimo de 50 miembros. Es decir, un núcleo de al menos 3.750 militantes que habían recogido más de 350 mil firmas para la inscripción.

En el cotejo de las rúbricas, el personal a cargo validó 164.667, solo tres más de lo que exige la Ley de Partidos Políticos. Más de la mitad fueron depuradas por casos de duplicación y falsificación.
En la introducción del texto, así como en el acápite donde se detallan los principios, el Movadef se autodefinía como “un organismo político con carácter de frente único guiado por el marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento Gonzalo”.

El Registro de Organizaciones Políticas del JNE, tomando en cuenta los documentos de la Comisión de la Verdad, concluyó en que el acogimiento del ‘pensamiento Gonzalo’ podría implicar una conducta que en el pasado tuvo Sendero Luminoso.
La inscripción del Movadef fue denegada. Sin embargo, en el grueso expediente habría quedado la evidencia de una organización cohesionada en largos años de reinvenciones y lineamientos senderistas.

Marchas y contramarchas
El 12 de febrero del 2012, durante la captura de Florindo Flores Hala ‘Artemio’, la policía halló el “Plan de construcción del partido”, elaborado por Sendero Luminoso. Se trata de la estrategia para penetrar en los sindicatos de trabajadores y promover protestas.
La misión, a cargo de lo que el PCP-SL llama ejército guerrillero popular, es “combatir, movilizar y producir”. Tal sería lo que ha estado ocurriendo.

Este Diario accedió a un expediente elaborado por fuentes de inteligencia del Ministerio del Interior, en que se establece la presencia de 37 excarcelados por delitos de terrorismo en distintas manifestaciones realizadas entre el 2012 y el 2017.
Esta situación daría más luces en torno a una obviedad. El Comercio constató, además, que al menos seis de estos 37 excarcelados figuraban como dirigentes del Movadef en el legajo presentado al JNE en el 2011.

Es el caso de José Machuca Urbina (en el expediente figura como secretario de Economía en el Callao). Él participó este año en las protestas contra la ‘ley pulpín’ y la marcha contra la corrupción, así como en un plantón contra el JNE en el 2016 y en las movilizaciones contra la ‘ley servir’ (2015) y el paro nacional del 2013.

Cloe Chapiama Velásquez (figura como secretaria de Economía en SMP-Lima), Fernando Olórtegui Crispín (secretario de organización del CEN) y Sermín Trujillo Ramos (secretario general en SMP-Lima) también estuvieron en algunas de las citadas movilizaciones.
Además, Silvia Guevara Julián (secretaria de Economía en Chiclayo) y Juan Carlos Ríos Fernández (secretario de Economía del CEN) tuvieron participación activa en las marchas por el Día del Trabajo en el 2012 y 2013, respectivamente.

Corrosión magisterial
“Hay por lo menos 382 excarcelados del PCP-SL que hoy son docentes”, dice el coronel PNP Óscar Arriola, de la Dircote. Con el índice derecho señala un acta que, según él, devela la agitación en las protestas que por estos días desarrollan miles de maestros en Lima.
El documento data del 17 de junio de este año, y contiene los acuerdos logrados entre el Conare-Sutep (representado por el puneño Lucio Ccallo Ccallata, último dirigente de Conare Movadef) y el Conare Proseguir (representado por Zenón Pantoja).

Las dos conclusiones principales fueron iniciar la paralización el 12 de julio y designar como representante al docente Pedro Castillo Terrones. “Desconocer que Ccallo y Pantoja tienen una ligazón al Movadef y a Sendero Luminoso es grosero”, comenta Arriola.
El Conare incluye a sectores de maestros contrarios a la hegemonía de Patria Roja dentro del Sutep. El 2007 se dividió en Conare-Movadef y Conare-Proseguir, ambos sindicados por la policía de tener filiación senderista.

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