Conoce a los nuevos soldados contra el cáncer
Conoce a los nuevos soldados contra el cáncer
Redacción EC

Aproximadamente 14 millones de nuevos casos de se diagnostican cada año. De estos, más de la mitad terminarán en muerte, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo proyecta que en las siguientes dos décadas la media de casos aumentará en un 50%. !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');

Este panorama está obligando a los científicos a buscar en los lugares menos imaginados nuevos soldados para combatir el . Ahora, expertos del Instituto de Nanociencias Integrativas en Alemania presentaron a sus nuevos reclutas: espermatozoides.

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La idea es simple: usar espermatozoides como medio de transporte para llevar fármacos directamente a los tumores ginecológicos, dentro del sistema reproductor de la mujer.

Para lograrlo, un equipo de la citada institución, liderado por la investigadora Mariana Medina-Sánchez, ha desarrollado un sistema que tiene dos fases. La primera consiste en “empapar” el espermatozoide con el ingrediente activo del fármaco. En las pruebas se empleó doxorubicina, usada para tratar el de cuello uterino. En la segunda parte, los espermatozoides son forzados a ‘nadar’ hasta una especie de casco micromecanizado, el cual se adhiere a sus cabezas. Gracias a que este diminuto aparato está revestido en hierro, los especialistas pueden controlar el movimiento del espermatozoide magnéticamente. Una vez llegado a su objetivo, la colisión activa un mecanismo en el casco que libera a la célula. Se espera que una vez libre, ingrese al tejido del tumor y a las células malignas.

Las pruebas se realizaron en espermatozoides de toro –que tienen un tamaño similar al del humano– y en un modelo estándar de (compuesto de células y esferoides de HeLa). Los resultados mostraron que el casco reducía en un 43% la velocidad, pero aun así podían entrar a las células cancerosas y eliminarlas.

Jaime Torres, especialistas en ginecología oncológica de Oncosalud, indicó que este sistema puede ayudar a solucionar la problemática de entregar fármacos en tejidos cancerosos de forma selectiva. “A menudo los fármacos se difuminan en todo el organismo, lo que genera efectos tóxicos, o no logran penetrar la estructura del tumor”, dijo Torres a El Comercio.

No obstante, afirma que aún se trata de un estudio en etapa muy temprana, y que no ha sido probado en humanos. Por lo tanto, todavía es muy pronto para pensar en un uso práctico.

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