(Foto: Johnny Aurazo)
(Foto: Johnny Aurazo)
Johnny Aurazo

La violencia y las extorsiones contra las empresas de transporte de La Libertad persisten, pese a las megaoperaciones y programas como Barrio Seguro. El 6 de marzo pasado, por ejemplo, cuatro sujetos asaltaron un bus de la empresa El Cortijo, en Trujillo, y dejaron a un policía (que viajaba como pasajero vestido de civil) herido de bala. Según uno de los dirigentes de El Cortijo, la situación es grave. Los transportistas que no pagan cupos a los delincuentes son vulnerables a asaltos y otros tipos de atentados.

“Las bandas criminales han convertido a la extorsión en una industria para hacer dinero”, lamenta el empresario . Él pide que no se revele su nombre por temor a represalias. Según cuenta, solo entre el 1 y el 14 de noviembre del año pasado, El Cortijo fue víctima de 30 asaltos con armas, todos en Trujillo.

Según fuentes de la Central Regional de Transporte de La Libertad (Certull), por Trujillo circulan unos 1.250 microbuses y los propietarios de al menos 1.000 unidades ceden al chantaje de las mafias. Ellos terminan pagando cupos para evitar que sus vehículos sean asaltados o quemados.

La Certull también calcula que un bus es asaltado cada dos días en Trujillo.

—Crimen y lucro—

La extorsión a empresas de transporte es un negocio muy lucrativo –y disputado– para las bandas criminales. De acuerdo con la Certull, cada microbús puede pagar unos S/5 al día por ‘seguridad’. “Si yo, como empresario, tengo 20 unidades y pago S/5 por cada una a tres bandas, que se matan entre ellas por el cobro de cupos, termino pagándoles S/300 en un día y S/9 mil mensuales”, calcula un dirigente de la Certull que también prefiere el anonimato.

Asimismo, los asaltos ya no ocurren en distritos con problemas de seguridad como El Porvenir, La Esperanza y Florencia de Mora. Los últimos asaltos se han registrado, por ejemplo, en la avenida Los Incas, en el centro de Trujillo, y en la avenida Metropolitana, donde ocurrió el asalto al bus de El Cortijo.

“Los delincuentes suben a los micros y dejan una carta al chofer. En ella le dicen que si no paga el cupo, seguirán asaltando o matarán a él o a su familia”, denuncia el dirigente de El Cortijo.

Los transportistas de La Libertad admiten que no confían en la policía. Por ello son pocos los atracos que se registran en las comisarías.

Para William Rabanal, quien desarticuló varias mafias en La Libertad cuando trabajaba en la Fiscalía Especializada contra el Crimen Organizado (Fecor), el temor de los transportistas a denunciar permite que estos delitos continúen.

Rabanal señala que en algunas investigaciones se había detectado que ciertos dirigentes estaban coludidos con los extorsionadores para beneficiarse económicamente.

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