"Populismo policial", por Sandra Belaunde
"Populismo policial", por Sandra Belaunde
Sandra Belaunde

Me atrevo a generalizar: todos queremos (probablemente, los delincuentes no tanto) que nuestra policía esté bien remunerada porque ello impacta directamente en la eficiencia de su trabajo, que es cuidarnos.

Continúo: no todos sabemos qué es el , pero a todos nos afecta, y en tiempos de campaña electoral nos conviene enterarnos. Aunque no está en su plan de gobierno, la candidata Keiko Fujimori ha dicho –y repetido varias veces durante la semana, por lo cual no ha sido solo un lapsus– que quiere restaurarlo en una eventual gestión suya.

El 24x24 es el régimen laboral en el que estaba hasta enero el 50% de la policía (60.000 agentes), bajo el cual trabajaba la mitad de su tiempo en seguridad ciudadana y la otra en seguridad privada. Es decir, durante 24 horas (seguidas y sin descanso) los efectivos trabajaban para la Policía Nacional y las siguientes 24 podían hacerlo dando servicios de guardianía a establecimientos como bancos, empresas y locales comerciales.
 
La finalidad no era reforzar la seguridad privada, ya que hay empresas que pueden dar el mismo servicio, sino que los agentes, trabajando en su descanso, obtengan los ingresos económicos que el Estado no podía pagarles.

El problema del régimen es que ‘solucionó’ el aspecto económico, pero descuidó el estratégico. La lucha contra la delincuencia funciona si es diaria, no interdiaria. Para librarla, la policía necesita ser constante, estar al tope de sus capacidades físicas y mentales y poder concentrarse en su labor.

Fujimori critica la eliminación del régimen como si se hubiera dado de un día al otro sin tomar en cuenta los salarios de los policías, pero eso no es correcto. Este gobierno ha ido incrementando el presupuesto del sector Interior para –de manera escalonada y en cinco tramos– duplicar los sueldos. Desde el 2012, se han otorgado cuatro aumentos que han llegado a incrementar en cerca del 75% los salarios. El resto será completado en diciembre.

Ahora, es cierto que el Gobierno omitió dos puntos cruciales. Por un lado, no advirtió a los agentes que los incrementos son un sustituto al ingreso adicional obtenido en el día de franco y no un complemento. Por otro, los aumentos se han dado en forma de bonos no pensionables, lo cual significa que cuando los agentes se jubilen, recibirán su pensión en base a su salario inicial.

Sin embargo, claramente, la solución no es regresar (temporalmente, como afirma Fujimori) al régimen, sino terminar de compensar a la policía por el sueldo que deja de recibir en su día de franco.

Las declaraciones de Fujimori lindan con la ironía. No solo no se condicen con lo que la mayoría de especialistas en seguridad afirman –que están de acuerdo con la eliminación del régimen–, sino que ha merecido un pronunciamiento de su propio asesor en seguridad, el general (r) Marco Miyashiro. Ayer él declaró que está de acuerdo con eliminar el 24x24 porque la autoridad policial no se debe alquilar “al mejor postor”. He ahí la gran contradicción.

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