"Troglio y la importancia del mensaje", por Pedro Canelo
"Troglio y la importancia del mensaje", por Pedro Canelo
Pedro Canelo

Antes de convertirse en el técnico más elogiado del fútbol local, tuvo que ser un hombre del tiempo. Porque a ese Universitario que habían dejado Chale y Carranza había que mejorarle el clima. Eso por sobre todas las cosas. Y el ex jugador de la selección argentina subcampeona del mundo en Italia 90 era, quizá, el indicado para asumir esa misión imposible. Troglio, antes que dibujar una pizarra, tuvo que transmitir un mensaje.

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Para convencer a un plantel tan golpeado como el crema, era necesario tener un correcto manejo del lenguaje. Y Pedro Troglio cultivó ese conocimiento del buen uso de las palabras en un aula. Cuando se vencía su tiempo como futbolista, Troglio recibió el consejo de su principal mentor: Carlos Salvador Bilardo. “Estudia periodismo”, le dijeron y el ex volante de River Plate llevó cursos que hoy son un complemento para su trabajo que comienza a tener más adeptos que detractores en el Perú.

Estudió periodismo y con ese aprendizaje supo tener llegada ante la prensa. Atendió a casi todos los medios que le pidieron entrevistas, fue amable, atento, siendo consciente de su condición de último invitado a la fiesta. A la ‘U’ del maestro Chale lo terminaron criticando desde todos los flancos, cuando asumió José Carranza fue igual. Ese fue el primer incendio que apagó Troglio con inteligencia y serenidad. Ir a Campo Mar ‘U’ ya no era para esperar alguna reacción fastidiada del comando técnico merengue, sino para recibir el más educado “buenos días” de Troglio. Y en un medio como el peruano, donde a veces más pesa el “cómo” que el “qué”, un técnico conciliador sonaba a un buen placebo para todos los dolores que sufría la ‘U’.

 -‘Viejos’ amigos-

Lo repitió en sus primeras intervenciones frente a micrófonos y cámaras: “Quiero apoyarme mucho en los jugadores de experiencia”. Troglio sabía que llegaba a un plantel que tenía un lugar en la tabla de posiciones inversamente proporcional a lo invertido en el arranque de temporada. Y para eso tuvo que sacar a relucir esa escuela bilardista totalmente alejada de ideologías puras y más entregadas a la adaptación según el plantel que se tiene. Troglio vino a sacarle lustre al oro que estaban desperdiciando en Ate. Tuvo que ser un administrador de riqueza.

Conversó con Juan Manuel Vargas y lo convenció de que lo primero para él es recuperar su mejor estado físico. Ante Alianza quedó demostrado que, por ahora, el ‘Loco’ titular no es. Se reunió con aquellos jugadores que llegaban con el pecho inflado después de ganarle a Uruguay con la selección (Rodríguez, Corzo y Cáceda). Dialogó con los panameños de selección y con otros experimentados como Hernán Rengifo. Usó no solo el lenguaje, sino la jerarquía de un técnico que como jugador fue subcampeón del mundo, campeón de Copa Libertadores y campeón intercontinental. Al igual que ese cabezazo ante la Unión Soviética en el 90, ese mensaje al grupo y a la prensa por ahora es el gol más gritado de Troglio.

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