(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
Lilia Córdova Tábori

Cuando el fundador del APRA Víctor Raúl Haya de la Torre falleció un 2 de agosto de 1979, Alan García Pérez era un joven abogado y diputado aprista de la Asamblea Constituyente.

Víctor Raúl Haya de la Torre murió de un paro cardíaco a los 84 años. Desde hacía meses luchaba contra un cáncer pulmonar que lo obligó a alejarse de la presidencia de la Asamblea Constituyente.

Los funerales del líder aprista se realizaron en el Aula Magna de la Casa del Pueblo. La bandera a media asta y música sacra completaban el ambiente de duelo. 

Durante los dos días que duró el velorio se cerró la pista contigua al local del APRA porque no entraba ni un arreglo floral más.

Entre las cientos de personas que pugnaban por despedirse de su líder estaba Alan García Pérez, quien hizo guardia al costado del ataúd.

El féretro de color gris, cubierto con la bandera peruana, salió de la Casa del Pueblo rumbo al Congreso de la República; mientras la multitud coreaba lemas alusivos y arrojaba pétalos de rosas. El ataúd permaneció toda la noche en el Hall de los Pasos Perdidos. A la mañana siguiente recibió el homenaje de los partidos políticos.

De allí el cortejo fúnebre partió hacía la Capilla del Sagrario donde se rezó un responso en su memoria. Aquí nuevamente se aprecia a Alan García cargando el ataúd. Él fue uno de los 355 dirigentes apristas que cargaron por turnos el féretro durante su recorrido por el Centro de Lima.

Al terminar las ceremonias en su honor, los restos del octogenario aprista fueron trasladados hacia Trujillo, su ciudad natal. Las muestras de simpatía se extendieron durante todo el recorrido por la Panamericana Norte. Su entierro se realizó el 9 de agosto, día declarado por el gobierno como duelo nacional.