El presidente Martín Vizcarra viajó  a Portugal y España para cumplir con visitas de Estado. (Foto: GEC)
El presidente Martín Vizcarra viajó  a Portugal y España para cumplir con visitas de Estado. (Foto: GEC)
José Carlos Requena

El sábado 23 de marzo se cumplirá un año desde que Martín Vizcarra asumiera la presidencia de la República. El balance en la opinión pública, el principal capital político del presidente, debe tener dos miradas. Por un lado –y a pesar de su creciente deterioro, solo amainado por el nombramiento de Salvador del Solar al frente de la PCM–, Vizcarra es el presidente con mejor desempeño a 12 meses de haber iniciado su gestión (56%, según El Comercio-Ipsos), un rasgo importante que no debe desdeñarse.

La contracara es el crecimiento de la desaprobación. La encuesta de El Comercio-Ipsos de entonces reportaba que Vizcarra empezó su gestión con una aprobación de 57% y una desaprobación de 13% (medición de abril del 2018). Primaba el desconocimiento de su imagen (30%). Hoy la desaprobación de Vizcarra llega a 31%, 18 puntos porcentuales más que al iniciar su mandato. Quienes no conocían a Vizcarra en abril del 2018 migraron en mayor proporción hacia la desaprobación actual.

Otro aspecto a considerar son los ejes que Vizcarra quiso darle a su gestión. Al día siguiente de su juramentación, este Diario reseñó los que, según el mensaje que dirigiera al tomar el mando, iban a ser los cinco ejes de la naciente presidencia de Vizcarra: poner punto final “a la política de odio y confrontación”, reforzar la lucha contra la corrupción y el compromiso por la transparencia, brindar estabilidad institucional para enfrentar las necesidades y desafíos del país, promover el crecimiento económico con credibilidad y estabilidad, y mejorar la calidad de vida y la educación como uno de los pilares de su gobierno (El Comercio, 24/3/2018).

¿Ha cumplido Vizcarra con lo sugerido en ese set de intenciones? Solo uno de los cinco ejes enunciados ha despertado el entusiasmo presidencial: el refuerzo de la lucha contra la corrupción. El escándalo de Los Cuellos Blancos del Puerto, develado en julio del 2018, creó el marco propicio para esta cruzada, cuyo capítulo más reciente fue la denominación del 2019 como Año de la Lucha contra la Corrupción e Impunidad (DS-005-2019-PCM).

En el interín, dos líderes de oposición pasaron apuros judiciales por acusaciones referidas al Caso Lava Jato: Keiko Fujimori purga prisión preventiva desde finales de octubre y Alan García solicitó asilo a mediados de noviembre, denunciando la existencia de “un clima de persecución política”. Como se recuerda, la solicitud fue denegada y García se encuentra actualmente con impedimento de salida del país.

Hace un año, Vizcarra se estrenó con el ambiguo slogan “el Perú primero”, un recurso que abarca todo y nada. En consecuencia, la principal ausencia en el primer año de gestión de Vizcarra ha sido la claridad en mostrar sus objetivos.

Pero Del Solar le dijo a Fernando Vivas que, finalmente, el presidente Vizcarra “la tiene clara”. El primer ministro admite que ahora “tiene que notarse que el Ejecutivo tiene otras ambiciones además de luchar contra la corrupción” (El Comercio, 17/3/2019). La espera ha sido prolongada.