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Congreso de la República: bancadas a prueba de votaciones - 1
Martín León Espinosa

La unidad de una bancada se pone a prueba en las votaciones, sobre todo en las que generan más atención mediática. En los primeros meses del actual Congreso de la República, ya hubo varios de esos casos, pero no todos los grupos pasaron con éxito el examen de cohesión.

Un ejemplo es la elección del defensor del Pueblo, realizada en setiembre. Tres candidatos fueron propuestos para el cargo, vacante desde el 2011: Walter Gutiérrez, Samuel Abad y Enrique Mendoza. Las preferencias estuvieron divididas.

(Diseño: Lourdes Loli)

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En el caso de Peruanos por el Kambio, el presidente Pedro Pablo Kuczynski había pedido a sus parlamentarios que apoyaran en bloque al postulante que mayor consenso generara. Según los sondeos previos, Gutiérrez era esa alternativa. Pero cuando se votó su candidatura, cinco oficialistas se abstuvieron. En Peruanos por el Kambio, la mayoría consideraba que Abad era el más idóneo. Esto generó líos internos, al punto que el mismo Kuczynski tuvo que intervenir para poner orden.

Pero los ppkausas no son los únicos que evidenciaron diferencias a la hora de votar. El Frente Amplio y Alianza para el Progreso atravesaron una situación similar en la censura a Jaime Saavedra. En esa votación no se salvó ni el Apra, de conocida disciplina partidaria: pese a que acordaron marcar verde, Jorge del Castillo optó por no marcar ninguna opción.

“Sin unidad en las votaciones, el partido no será reconocible para los electores, perderá identidad”, sostiene Jorge Valladares, de IDEA Internacional.

Valladares, quien ha estudiado el comportamiento de los grupos congresales, considera que hay dos formas para lograr una bancada sólida: la cohesión entre sus miembros y la disciplina ejercida por el liderazgo del partido. “La disciplina empieza donde la cohesión falla”, señala.

“Digamos que los partidos buscan transformar ideas en políticas. Las ideas nacen del grado de afinidad entre los miembros para acordar una agenda común (cohesión), que le da identidad al partido. La disciplina consiste en los medios (reglas, sanciones, premios) a disposición del liderazgo para ejercer presión o coerción sobre los miembros cuando no hay acuerdo”, explica.

Acción Popular es un ejemplo de cohesión. En este período siempre ha votado en bloque tras acuerdos internos. El legislador Víctor Andrés García Belaunde cuenta que eso pasa porque con sus compañeros “pensamos bastante igual”, aunque recalca que ayuda el hecho de ser solo cinco.

También recuerda que votar en bloque fue una enseñanza del ex presidente Fernando Belaunde. “Siempre nos recomendaba discutir y votar juntos, salvo en temas que sean de conciencia”.

Fuerza Popular es otro caso. A pesar de tener 72 escaños en el Legislativo, siempre han votado en la misma línea. Antes de una elección, el grupo discute y define una posición común. Incluso Yeni Vilcatoma –ahora sin bancada– acató ese sistema mientras integró las filas fujimoristas.

El analista político Carlos Tapia recuerda que la estructura del fujimorismo es un legado de Alberto Fujimori. “La disciplina del partido solo respondía a los mandatos del líder autoritario. No había la disciplina del comité local, provincial, regional. Menos había un comité central”.

Sin embargo, Tapia indica que con Keiko Fujimori el escenario es otro. “El neofujimorismo está formulando una identidad. Antes la característica principal era que había un partido acompañante, sin estructura. Ahora no es así. El liderazgo y la identidad fujimorista todavía la mantienen, pero está adornada por una institucionalidad que Keiko ha apostado darle. Los tiempos han cambiado.

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