Elmer Cuba: "No estoy participando en la campaña"
Elmer Cuba: "No estoy participando en la campaña"
Gonzalo Carranza

lo ha dicho abiertamente: le encantaría que fuera el ministro de Economía de su gobierno. Cuba se siente halagado, pero le dice a El Comercio que –a diferencia de lo que se ventila en la cúpula de Todos por el Perú (TPP)– él es un militante recluido en sus cuarteles de verano electoral. Con esa libertad, opina de las propuestas económicas de la campaña y de la situación que le deja Ollanta Humala al próximo gobernante.

El tema de la rigidez laboral ha entrado en campaña. ¿Usted estaría de acuerdo con que el próximo gobierno hiciera una revisión de la legislación laboral, como propuso el viernes el fundador de TPP Gonzalo Aguirre?
El tema es más complejo que eso. El Perú tiene un mundo laboral partido en dos: un mundo totalmente informal, donde no hay leyes laborales, ni contratos ni derechos, y otro mundo que sí puede tener –y con todo derecho, porque su productividad es muy alta– los beneficios que conocemos. No vamos a quitarles derechos laborales a nadie, hay que dárselos a quienes no los tienen. [...] La mejor política laboral es volver a crecer rápido, para que crezca la demanda de empleo y, con ello, los salarios. Crecer 3% con las justas alcanza para dar empleo a las 250.000 personas que entrarán al mercado laboral cada año hasta el 2030. Si la economía no crece en los próximos años, no hay ley laboral que valga.

¿Cómo hacer políticamente viable que los nuevos trabajadores formales tengan distintos –y menores– derechos?
Una opción es no hacer nada, que permanezca el statu quo, y la informalidad seguirá reinante en los niveles que tiene. Si crecemos mucho, recién en 70 años podríamos tener informalidad cero. La otra opción es intentar hacer algo con una mejor ley pyme. La mejor manera de hacerlo es como está ocurriendo en Chile: formar una comisión de reforma laboral. Traer un secretario técnico pagado por seis o diez meses –me imagino a Miguel Jaramillo [investigador de Grade]– y que se convoque a los mejores economistas laborales del Perú y del mundo para hacer un diagnóstico muy claro y participativo, junto con la CGTP, la Confiep, los partidos políticos y organismos internacionales, como la OIT, para llegar a consensos y avanzar.

Jaramillo no es militante de TPP, ¿cierto?
¡No, para nada! Este no es un tema de ningún partido, es un tema de los peruanos. En el caso chileno, se ha invitado a perro, pericote, gato y un par de premios Nobel.

El debate gira alrededor de los derechos de los trabajadores, pero también han aumentado los deberes para las empresas, como la ley de seguridad y salud en el trabajo.
Se ha ido demasiado lejos con reglamentos que imponen sobrecostos, y ni siquiera el trabajador es beneficiario –no mejora su salario ni su salud–, sino un tercero.

El sueldo mínimo ha generado una suerte de subasta entre los candidatos...
Mira, no hay manera de que ese tema genere consenso. En cualquier parte del mundo, ese tema divide, genera insultos y peleas. Hay que verlo de manera técnica. El salario mínimo en el país afecta a la pyme formal de servicios, cuyos costos laborales son más altos. Debemos tener cuidado con eso, porque afectas a las empresas más pobres del Perú. [El debate sobre el salario mínimo] es discutir sobre lo secundario, cuando lo importante es crecer para crear puestos de trabajo. En ningún país del mundo, los salarios se mueven por norma. Los sueldos en EE.UU. no son un triunfo de los trabajadores, sino de la productividad del país. El reto central de cualquier gobierno que entre es cerrar la brecha de producto.

Balance económico

Vayamos al crecimiento. ¿El Perú que recibirá el nuevo gobierno, en términos de su capacidad para hacer política económica, es mejor que el que recibió Ollanta Humala el 28 de julio del 2011?
[Risas] A ver… Es un país que ha crecido en estos cinco años. Un poco débil en los últimos dos, pero es un mejor país, que tiene más recursos. Ha seguido avanzando. Pero en los últimos tiempos se han cometido errores fiscales. La inversión pública comenzó a caer en el último trimestre del 2013, cayó todo el 2014 y todo el 2015. El BCR publicó una cosa terrible: el impulso fiscal a la economía fue cero el año pasado. Si a ello se le aplica el multiplicador de la política fiscal, el impulso ha sido de -0,9%. Es decir, nos ha hecho decrecer, podríamos haber crecido un punto porcentual más.

¿Qué ha pasado?
El MEF ha perdido capacidad de comando de la inversión pública: hoy dos tercios están en manos de los gobiernos regionales y locales. Se tiene que corregir esa línea de transmisión, hay que meter más equipos en las administraciones subnacionales. El MEF no tiene que ser contracíclico con el mundo, sino con los propios gobiernos regionales y locales que han decidido gastar menos.

Se dice que es porque no saben gastar, pero las nuevas administraciones ya tienen varios meses a cargo.
Eso no pasaba con los gobiernos regionales anteriores. Recién ahora observamos el descontrol.

¿Cómo llegamos a una situación de déficit con un impulso fiscal de cero?
Es un déficit hecho en casa: en parte por la desaceleración y en parte porque te ha dado la gana de bajar los impuestos. El déficit es por caída de ingresos, el gasto no se ha movido.

¿Dio resultado la reducción de impuestos?
Nada. Le has dado más ingresos a gente que tiene una elevada propensión a ahorrar o a consumir bienes importados. Esos trabajadores han comprado su nuevo iPhone.

¿Por qué se hizo?
Por la desesperación de no poder hacer nada con la inversión pública. Pero había otras opciones con mayor efecto multiplicador sobre la economía, como aumentar el gasto público corriente. Hay que reactivar la política fiscal en el próximo gobierno.

Pero hay economistas como Luis Carranza que critican la explosión de gasto corriente en este gobierno.
Debemos distinguir la parte transitoria de la permanente. El gasto corriente en el Perú solamente puede subir: mira los sueldos de los profesores, de los policías o de los profesionales de la salud. Sería de locos tratar de bajar el gasto corriente. Pero yo me refiero a una respuesta transitoria de política fiscal, porque el Perú tiene una brecha de producto que no es menor. Todos los países capitalistas del mundo tienen como principal meta de sus políticas fiscal y monetaria cerrar la brecha de producto. Mientras no la cierres, la inversión privada no va a crecer.

¿A qué se refiere con “una brecha de producto”?
Es una diferencia entre la capacidad productiva y el PBI observado: es lo que verdaderamente podríamos crecer.

Para ponerlo en fácil: hoy tenemos fábricas que no producen todo lo que podrían.
Exactamente. Y mientras eso pase, no vas a poner una segunda fábrica.

“Como es notorio, no estoy participando en la campaña”

¿Lo entrevistamos como economista de Macroconsult, como militante de TPP o como futuro ministro de Economía de Julio Guzmán?
Por ahora, como economista de Macroconsult.

Pero usted es militante de TPP.
Sí, soy militante desde hace muchos años y participé activamente en la elaboración del plan de gobierno del Frente de Centro con [Valentín] Paniagua y en la alianza con Solidaridd Nacional de [Luis] Castañeda. Pero en esta oportunidad hay una nueva generación que ha hecho las cosas.

¿No ha estado vinculado con el plan de gobierno ni con las propuestas económicas de esta candidatura?
Eeeh... No.

Cuando Guzmán dice que le encantaría que usted fuera su ministro de Economía, ¿cuál es su reacción?
Me siento halagado. Conozco [a Guzmán] desde hace muchos años y hablo con él permanentemente. Vamos a esperar.

¿Sería ministro de Economía de algún otro candidato?
No, y además nadie me lo ha propuesto. Y, ojo, en las otras campañas en las que sí participé nunca dejé de opinar lo que pensaba, igual que ahora.

¿Cómo definiría su relación actual con Guzmán? Gonzalo Aguirre, fundador de TPP, contó que usted lo llevó al partido.
Es cercana, es óptima la relación, pero, como es público y notorio hasta ahora, no estoy participando en la campaña.

¿Va a votar por él?
[Se ríe y hace una breve pausa] Efectivamente.

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