La casa de Alejandro Toledo y Eliane Karp, ubicada en la urbanización Camacho, ya no está registrada a nombre de su hija Chantal. La propiedad del inmueble ha regresado, hace unos días, a manos de la pareja.

La noticia la dio la ex primera dama el último martes durante su declaración en la Fiscalía Penal 48 de Lima.

Preguntada a nombre de quién estaba registrada esa casa, Karp dijo que en diciembre del 2000 cedieron la propiedad a su hija, a través de un anticipo de legítima (adelanto de herencia), para salvaguardar ese patrimonio. Según ella, en esa época había una persecución política contra Toledo.

Karp agregó que a inicios de este mes Chantal decidió revertir ese anticipo de legítima a favor de ellos en forma permanente y vitalicia, es decir que la propiedad regresaba a nombre de ella y de Toledo.

Este trámite registrado en el Consulado del Perú en San Francisco el 7 de octubre, y que lleva la firma de Chantal y sus padres, respondería, según algunas fuentes, a una estrategia legal de la pareja.

ESTRATEGIA DE DEFENSA En la declaración dada a la fiscalía, la ex primera dama ha buscado deslindar su responsabilidad, y la de sus esposo, en la compra de la casa de Las Casuarinas y la oficina de la Torre Omega.

Karp ha sostenido con insistencia que su labor se limitó a encontrar dichas propiedades por encargo de su amigo Yosef Maiman y que no participó en la compra ni sabe de dónde provienen los fondos de la empresa Ecoteva, que es la que da el dinero a su madre para adquirir las dos propiedades.

Toledo, en su declaración en la fiscalía, también trató de desvincularse de cualquier responsabilidad en la compra de los inmuebles.

El ex mandatario dijo que esas adquisiciones correspondieron a negocios entre su suegra y Maiman, y que desconocía cómo funcionaban estos.

A diferencia de su esposa, que admitió que encargó la búsqueda de la casa al corredor inmobiliario Allemant, Toledo declaró a la fiscalía que solamente se limitó a acompañar a Karp y Fernenbug algunas veces a visitar las potenciales casas que esta última buscaba.

Según el penalista Mario Amoretti, la estrategia de la defensa de Toledo y Karp busca eludir cualquier responsabilidad penal. Dice que intenta establecer que ellos no son los que compraron las propiedades y que el dueño del dinero es Maiman; por lo tanto, cualquier irregularidad sería solo de este.