El fiscal anticorrupción Hamilton Castro investiga desde noviembre pasado los pagos de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht a funcionarios peruanos, en el marco del Caso Lava Jato. (Foto: USI)
El fiscal anticorrupción Hamilton Castro investiga desde noviembre pasado los pagos de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht a funcionarios peruanos, en el marco del Caso Lava Jato. (Foto: USI)

En el despacho donde funciona el equipo especial del Ministerio Pblico para el Caso Lava Jato ya no hay espacio: trabajan cuatro fiscales provinciales, un fiscal superior, 17 fiscales adjuntos y 20 asistentes. La ampliacin de los ambientes est avanzando y 16 peritos estn por llegar. Pero los fiscales no estn solos. En los pasillos de estas oficinas, adems, se ubica el polica de turno dedicado a proteger al fiscal Hamilton Castro, el lder del equipo.

Aunque el Per es un pas donde investigar a los corruptos no es sencillo, Castro es al menos por ahora el nico integrante del grupo que investiga los presuntos pagos de sobornos de empresas brasileas, incluida Odebrecht, que cuenta con resguardo policial.

Hamilton Castro se ha convertido en la cara ms visible de este megacaso. Consigui que el juez Richard Concepcin ordenara prisin preventiva para Alejandro Toledo. Allan la residencia del ex mandatario en La Molina y encontr las pruebas que requera para acreditar el pago de sobornos de Odebrecht. Semanas antes, dirigi la operacin en la que se logr la primera captura vinculada al escndalo de corrupcin de las constructoras brasileas: la noche del 20 de enero fue detenido Edwin Luyo, ex funcionario del gobierno aprista involucrado en coimas por el metro de Lima.

Precisamente fue despus de ese arresto que el fiscal superior Csar Zanabria, coordinador de las fiscalas anticorrupcin, solicit resguardo policial para Castro. l no quera, no lo pidi. Tampoco hubo amenazas. Sin embargo, por prevencin, Zanabria insisti y solicit agentes de Seguridad del Estado para el fiscal del Caso Odebrecht.

Castro ya sabe lo que es recibir amenazas por hacer su trabajo. Intentaron amedrentarlo cuando investig al ex alcalde de Jess Mara Enrique Ocrospoma por contratos irregulares. Entonces solo vea casos de Lima en la fiscala anticorrupcin. Ahora es diferente: est ante un caso de magnitud y trascendencia nacional.

El resguardo de Castro est formado por dos policas de la Direccin de Seguridad del Estado. La fiscala lo solicit a travs del Departamento de Proteccin de Magistrados y del de Proteccin de Personalidades y Funcionarios, que dependen de la Divisin de Proteccin de Dignatarios.

Solo en Lima hay 65 jueces y 18 fiscales el ao pasado eran 15 que cuentan con resguardo, inform a este Diario el Ministerio del Interior (Mininter). En provincias, 17 magistrados y 18 representantes del Ministerio Pblico cuentan con proteccin policial.

Voceros del Mininter confirmaron que desde ayer se da seguridad a los 14 jueces integrantes del nuevo sistema anticorrupcin que vern el Caso Odebrecht. Tambin dijeron que no es discrecionalidad de la Polica Nacional dar resguardo, sino que depende del pedido y necesidad de las instituciones.

La poca costumbre Los agentes que brindan seguridad a Castro trabajan 2424. Uno y uno por da. El polica, que usualmente viste el uniforme de Seguridad del Estado terno oscuro, corbata roja, acompaa en todo momento al resguardado. Lo recoge en su casa hasta la sede de la fiscala y permanece ah, en los pasillos. No tiene un lugar para esperar. Lo acompaa en el almuerzo y a donde est. El agente siempre intentar estar dos metros atrs para tener el panorama completo de lo que pueda pasar. A veces, segn fuentes fiscales, Castro prescinde del polica que debe ser su sombra: sabe que se la juega, pero no se acostumbra.

Odebrecht y otras compaas brasileas no solo operaron en Lima, sino tambin en las regiones. El agente no puede acompaar a Castro cuando debe ir a alguna provincia. El polica que est a su cargo no puede salir de la ciudad porque no tiene viticos. Tampoco les dan para la alimentacin, ni para el transporte y casi todos los das deben usar su propia arma. Son los fiscales quienes, en algunas ocasiones, se encargan de los gastos de sus resguardos.

Vivir con proteccin Zanabria, quien es el coordinador del equipo especial del Caso Lava Jato y de las fiscalas anticorrupcin, tiene resguardo hace un ao y medio, antes del Caso Odebrecht. Sabe qu es vivir recibiendo llamadas extraas o que gente se acerque de forma sospechosa. Alguna vez su resguardo tuvo que sacar el arma, pero no pas nada.

No es el nico. Hechos parecidos le han ocurrido al fiscal superior adjunto anticorrupcin Martn Salas, quien tiene proteccin desde que consigui que el ex alcalde del Callao lex Kouri cumpla una condena de cinco aos de prisin. En el ltimo mes, tres jueves consecutivos ha notado que un auto lo sigue. Salas ha dicho entre su entorno que un agente es ninguno.

El fiscal anticorrupcin Reynaldo Abia, con 159 expedientes en su despacho, tambin cuenta con resguardo desde noviembre. Entre sus investigaciones, tiene casos de corrupcin policial y uno relacionado al gasoducto del sur. An le parece estresante vivir con un agente casi las 24 horas y hasta se olvida de que debe caminar con alguien detrs. En diciembre asaltaron a su asistente. Dile a tu jefe que deje lo que hace, amenazaron. Un resguardo, dice Abia, solo le da algo de tranquilidad. Es el trabajo contra la corrupcin.

MS EN POLTICA



TAGS RELACIONADOS