Hermanos de Vizcarra
Hermanos de Vizcarra
Fernando Vivas

Cuando la política se polariza, también se judicializa. El político va a la guerra y, sin querer, arrastra a su entorno. Siempre habrá una pareja, un hijo, un amigo o un hermano, al que es imposible proteger de lo inevitable: que indaguen si hay una relación indebida entre su poder y su patrimonio.

Si no tiene juicios o investigaciones abiertas en el Ministerio Público, el caso no muere. Hay una vía alternativa para meter el dedo en la llaga, en los contratos, en los negocios: la Comisión de Fiscalización del Congreso que, ante cualquier sospecha de corrupción o irregularidad, abre una investigación y –¡dorado momento del combate parlamentario!- cita a un ser querido del objetivo.

En la legislatura pasada Fiscalización citó al hermano mayor del presidente, César Santiago Vizcarra Cornejo y este no acudió. El miércoles 21 de agosto, el fujimorista Luis López Vilela propuso citarlo y se acordó por amplia mayoría hacerlo. César y , ambos ingenieros, fundaron en Moquegua, en 1991, la empresa CyM Vizcarra Contratistas, con sus iniciales, para dar servicios de construcción. Sus clientes eran empresas privadas como las mineras Southern Perú Copper o Cerro Verde, y entes públicos como los gobiernos regionales y distritales del sur. Entre el 2006 y el 2008, CyM brindó servicios –básicamente, alquiler de maquinaria- por S/. 323,004 a Conirsa, el consorcio integrado por Odebrecht, Graña y Montero, Iccgsa y JJ Contratistas, a cargo de los tramos II y III de la Interoceánica Sur.

Cuando el tema fue expuesto por “Panorama” en enero de este año, el presidente avivó su propio fuego, pues dijo que CyM nunca contrató con Odebrecht. Fue, por lo menos, impreciso, pues Odebrecht era el líder del consorcio Conirsa, con alrededor de 70% de participación. César, su hermano, tendrá que ser muy, pero muy preciso, si llega a responder a Mauricio Mulder y a los fujimoristas Segundo Tapia (presidente de la comisión), María Melgarejo y Mario Mantilla, moqueguano con animadversión hacia Vizcarra desde que fue asesor jurídico del gobernador Jaime Rodríguez, el rival moqueguano del presidente, que lo precedió y lo sucedió en el gobierno regional.

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Cornejo (1953, Moquegua, 1.80cm de altura, casi como su hermano) no heredó la pasión por la política, tardía y relativa, que se despertó en Martín. César Vizcarra Vargas había sido el principal líder aprista en Moquegua, alcalde de la ciudad entre 1964 y 1969, y miembro de la asamblea constituyente. Estuvo preso, luego del primer ‘moqueguazo’ de 1973 en plena dictadura velasquista. Ese duro golpe a la armonía familiar marcó a la madre, Doris Cornejo Dávila, a César hijo y a los hermanos menores (Mario y Doris), con un explicable temor a la participación política.

Martín escapó a esas reticencias cuando decidió, en el 2006, postular por primera vez y sin éxito a la presidencia regional con el auspicio del APRA. Dos años después, siendo decano del colegio de ingenieros de Moquegua, formó un movimiento independiente y salió en los medios sustentando cómo así su región recibía menor canon del que le correspondía, y dio base técnica al ‘moqueguazo’ del 2008. En el 2010,venció a la segunda.

César acompañó las aventuras políticas de Martín con una suerte de resignación protectora e informada. Esa es la impresión que me causó la única vez que conversé con él, cuando lo conocí en un evento. Fue muy prudente y articulado para expresarse y consciente de que debía mantenerse apartado de la gestión de su hermano. No se conocen, por cierto, indicios de una presencia suya constante en Palacio de Gobierno ni de injerencia en alguna otra área del Estado. Es, según me dice una fuente, un confidente a la distancia de Moquegua a Lima, cuando su hermano lo llama y le cuenta -es el estilo presidencial del que se queja tanto su bancada- una decisión ya tomada. Si alguna intervención mediática ha tenido, esta fue espontánea e incidental, cuando, apenas asumido el mando, Vizcarra dio su primera entrevista a Radio Americana de Moquegua, y el reportero se acercó a César, que le dijo: "Es el comienzo de una nueva república".

En su libro “Vizcarra, retrato de un poder en construcción” (Penguin Random House, 2019), Rafaella León narra, en palabras de Martín y de César, cómo los hermanos resolvieron el evidente conflicto de intereses que enfrentó CyM desde que Martín entró en la política. El 2010 renunció por primera vez a trabajar en ella, antes de asumir sus funciones como gobernador.

Cuando acabó su gestión en Moquegua, volvió a la empresa como gerente de operaciones en diciembre del 2015. Pero renunció al poco tiempo para concentrarse en la campaña de PPK. Desde el 2009 la empresa no ha contratado con el Estado, que hasta entonces había sido un gran cliente por el que facturó, en sus primeros años, hasta S/. 10.8 millones. Sin embargo, a los hermanos Vizcarra les faltaba dar un paso decisivo: Que Martín vendiera el íntegro de sus acciones a César. Según registra la investigación de León, apenas sucedió a PPK, vendió todas sus acciones (un 35% según su declaración de intereses hecha cuando fue ministro), y las de su esposa Maribel Díaz, a César. En el testimonio de compraventa, se dice que el hermano menor, Mario, declina su opción de compra. Aunque participan otras familiares en el accionariado, se confirma en esta transacción que es César con quien el presidente cortaba el jamón en su aventura empresarial. Es César el hermano más cercano, el mayor, el confidente. Fiscalización, por lo tanto, ha sabido a dónde apuntar.