Para Medina, la crisis actual del Parlamento es un reflejo de la crisis de los partidos políticos. (Foto: Anthony Niño de Guzmán/El Comercio)
Para Medina, la crisis actual del Parlamento es un reflejo de la crisis de los partidos políticos. (Foto: Anthony Niño de Guzmán/El Comercio)
Diego Chirinos

El jefe de IDEA Internacional en el Perú, Percy Medina, analiza los diversos cuestionamientos a un hoy presuntamente vinculado a faltas éticas, financiamiento ilegal e incluso al narcotráfico.

—¿Cómo evalúa la serie de cuestionamientos que enfrenta hoy el Parlamento?
La crisis del Parlamento es el reflejo de la crisis de los partidos. Estos deberían proveer cuadros con trayectoria, integridad y formación para la representación política.

—¿Es el momento de mayor descrédito del Congreso?
Los parlamentos tienen problemas de popularidad, pero el peruano ha llegado a niveles particularmente preocupantes.

—¿Qué responsabilidad deben asumir los votantes ante esa situación?
Si bien deben verificar la trayectoria y propuestas, la mayor responsabilidad es de los partidos. Los congresistas actuales fueron presentados por organizaciones políticas que debieron ser filtros. Si la oferta es mala, el elector no puede hacer milagros.

—¿Cómo mejorar los filtros para que no se cuelen personas vinculadas con el narcotráfico o el financiamiento ilegal?
Ese es un tema fundamental. Las campañas son una ocasión para que los políticos se vinculen con intereses ilegales que quieren comprar poder y ganar impunidad.

—Sin embargo, aún no se tipifica el financiamiento ilegal de las campañas.
Hacia ello debemos ir. Las sanciones son administrativas y deberíamos transitar hacia sanciones penales, no solo al tesorero, sino también a los líderes políticos.

—¿El desconocimiento puede ser un argumento para tener presuntos vínculos con un narcotraficante, como aduce el congresista Edwin Vergara?
Un político debe ser doblemente cuidadoso al analizar con quiénes se vincula. No es una excusa decir que no sabía. Basta con que haya indicios para determinar que podía presumir del accionar delictivo de la otra persona.

—¿Los cambios aprobados en el Congreso permitirán evitar lo que hoy vemos?
Hubo avances, pero no es una reforma. Falta regular mejor el financiamiento de las campañas, y en el proceso de selección de candidatos no se ha avanzado nada.

—Es decir, en el próximo Congreso podríamos volver a ver lo mismo.
Nada puede hoy garantizar que el Congreso del 2021 sea mejor que el del 2016. Ninguno de los cambios aprobados permite pensar en ello.

—¿Eliminar la inmunidad sería una solución?
La inmunidad tiene sentido para proteger opiniones y votos. Debería mantenerse porque, si no, podría limitarse indebidamente su función. Sin embargo, no debería significar impunidad y distorsionar así su sentido.

—¿Debe reestructurarse la Comisión de Ética para que cumpla su rol?
La opción de un modelo mixto, compuesto por ex parlamentarios y designados por entidades representativas, es un modelo por seguir. Lo que habría que trabajar es cómo darle efectividad a sus decisiones.

—¿Es posible encarar una reforma de partidos cuando casi todos están bajo el manto de sospecha de su relación con Odebrecht?
Ahí está el reto: promover reformas desde la sociedad, los medios y los políticos sanos, sabiendo que el arco iris completo se vio afectado. Muchos políticos están condenados a una jubilación anticipada y será importante la renovación.

—¿Es viable con gente desencantada de la política?
Se necesita sangre nueva y la política de partidos no es hoy un espacio apetecible. La gente decente no está haciendo cola para meterse en la política. Eso es parte de lo que hay que cambiar.