“Chim Pum Callao, partido hegemónico”, por José Carlos Rojas

Desde hace dos décadas, el famoso grito de identidad de los chalacos, “¡Chim pum, Callao!”, está presente no solo en los deportes y celebraciones populares, sino también en la política del primer puerto. 

Como ninguna otra organización en el Perú, el movimiento político Chim Pum Callao ha logrado conjugar y afianzar identidad y eficacia política, lo que le ha permitido constituir una hegemonía sin precedentes en una democracia sin partidos. 

¿Qué explica este éxito? La respuesta la podemos encontrar en la figura de Álex Kouri. Ante la crisis de su otrora partido, el Partido Popular Cristiano, Kouri decidió continuar su trabajo político, pero desde lo local y regional.

Asimismo, fue adecuando las formas de hacer política a la nueva realidad (el fujimorismo estaba en pleno apogeo), donde el pragmatismo, personalismo y clientelismo tienen una importancia vital. 

Siempre le interesó construir una carrera política de largo plazo, con miras a dar el salto a la política nacional. En ese intento también utilizó prácticas non sanctas.

Álex Kouri ha sido un referente importante de Chim Pum Callao y es probable que su condena por corrupción afecte al partido; sin embargo, eso no implica que necesariamente la hegemonía de Chim Pum en el Callao vaya a decaer. 

El caso de Álex Kouri muestra las serias debilidades del Estado descentralizado y los enormes retos por construir un adecuado (y ético) ejercicio del poder en la política nacional y subnacional.

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