(Foto: EFE)
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Como la corrupcin se ha vuelto en el Per moneda corriente y la anticorrupcin tambin, la cruzada de valores de estos das adquiere, en la poltica, la triste dimensin del espectculo.

Las destrezas que despliegan, por ejemplo, mosqueteros y mosqueteras de la moral, de capa y espada, otrora tenaces perseguidores de la corrupcin, que de pronto no tienen corrupcin a la cual perseguir, pues la nueva que salta a sus ojos, los envuelve tambin desde adentro o desde afuera, como una ostra.

El espectculo de quin persigue a quin se impone sobre el templado tejido de la impunidad y esta sobre la dbil y tmida estructura de la anticorrupcin. No hay manera de que esta diablica pirmide pueda revertir su jerarquizacin.

Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Nadine Heredia, Susana Villarn y Vernika Mendoza fueron perseguidores de la corrupcin hasta el fin del mundo. Hoy son los actores estelares de investigaciones fiscales y judiciales por sobornos y aportes de campaa que comprometen sus gestiones polticas y responsabilidades ciudadanas.

Los llamados que todos ellos hacen hoy a la justicia, hablando bien o mal de ella, no los hicieron cuando, a su turno, tuvieron que elegir los ejes motivadores de sus respectivos grandes espectculos anticorrupcin.

Toledo eligi a rabiar el fujimontesinismo. Humala el fujiaprismo a morir, en la cabeza de Keiko y Garca. Nadine Heredia alent un proyecto electoral propio dirigido a matar dos aves de un tiro: Keiko y Garca. La famosa megacomisin parlamentaria destinada a encarcelar a Garca no termin en otra cosa que en mostrarnos el fustn de la reeleccin conyugal que ella vesta con Humala desde el ejercicio proselitista de la presidencia. Villarn, en lugar de ponerle un segundo piso a la gestin de Luis Castaeda, opt por destruirla, ms all de los aciertos y errores que pudo encontrar y corregir. Su campaa del No a la revocacin, la puso en el pinculo de la doble moral. Lima perdi tanto como ella en su pobre paso por el poder municipal. Mendoza va ms all: pretende refundar la Repblica a partir de una nueva moral, olvidando que fue cogestora de Heredia de los sospechosos aportes de campaa venezolanos del 2006 y apuntadora de las agendas de la ex primera dama que registran los vericuetos del dinero de Odebrecht, el 2011.

El Caso Odebrecht ha puesto el espectculo de la anticorrupcin y de la moral pblica a prueba de fuego: quienes ayer exhibieron las manos limpias no pueden exhibirlas hoy. Y qu va a pasar maana con quienes no tengan las manos limpias hoy? Igual las exhibirn como limpias?

El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, si quiere terminar ms o menos bien, tiene que alejarse del pernicioso espectculo de quin persigue a quin, para tomar el toro por las astas, es decir el control del Estado, como se lo ha dicho, le guste o no, Hernando de Soto. Es el control del Estado por el presidente lo que nos hace gran falta.

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