Especialistas que revisaron el proyecto coincidieron en que este representa un atentado contra la libertad de expresión. (Ilustración: Rolando Pinillos/El Comercio)
Especialistas que revisaron el proyecto coincidieron en que este representa un atentado contra la libertad de expresión. (Ilustración: Rolando Pinillos/El Comercio)

Bajo la batuta de Keiko Fujimori, Fuerza Popular ha lanzado un petardo contra los derechos constitucionales y civiles que rigen nuestro pas, por los que en la dcada de los noventa luchamos, unidos, peruanos de distintos credos polticos, edades, profesiones y niveles de ingreso. Por qu un partido que se haba esforzado en mostrarse renovado, lejos del populismo autoritario y la corrupcin que lo sign, se empeara ahora en una ley mordaza, abusiva, vulgarmente inconstitucional? Por qu proponerla en medio de la desgracia que vive nuestro pas?

Aparentemente, lo nico que este despropsito ha motivado, adems del rechazo y los cuestionamientos de las instituciones que velan por la libertad de expresin en la regin, ha sido un ejercicio de recordacin tenaz de lo peor del fujimorismo. Pero, es Keiko Fujimori tan ingenua? Tan autodestructiva? O es que una intencin mucho ms perversa se esconde detrs del proyecto presentado por Letona y Aramayo.

Una abogada reputada como Letona tena que saber que no podra, por ley, prohibir a un investigado desempear un cargo. La Constitucin protege la presuncin de inocencia, ella lo vive da a da en el Congreso y en su propio partido, donde hay un montn de investigados. Entonces, lanz lo de los investigados para tener con qu negociar? Cul es su objetivo? Imponer una veedura que revise contenidos, manejada por ellos?

El proyecto Letona-Aramayo es un globo de ensayo, por eso lo han lanzado cuando la ciudadana est consternada por los desastrosos efectos de El Nio costero. Por eso no les ha preocupado evocar, de un solo brochazo, el pasado vergonzoso de su partido poltico, el mismo que a solicitud de la propia parte habr que refrescar:

El 5 de abril de 1992, Alberto Fujimori envi tropas armadas a todas las redacciones y detuvo a periodistas: la reaccin internacional lo oblig a retroceder pblicamente, pero por debajo de la mesa le encarg a su mano derecha, Vladimiro Montesinos, que se hiciera cargo de controlar a la prensa.

Montesinos tuvo carta abierta para intimidar utilizando al grupo Colina, que enviaba amenazas de muerte hasta en arreglos florales, y para ahogar econmicamente a los periodistas y a los medios incmodos.

La publicidad estatal fue utilizada como arma por el Servicio de Inteligencia y la publicidad privada, administrada por publicistas que servan de intermediarios entre el gobierno y los medios, tambin. Aun la Sunat se us como herramienta de presin a travs del RUC sensible.

Las primicias de los logros obtenidos por la polica, la cancillera, las FF.AA. se sorteaban en el SIN y las geishas eran las nicas que tenan autorizacin para preguntarle al presidente sobre sus xitos.

Ni siquiera durante la guerra del Cenepa se hizo una pausa en el favoritismo que descolocaba a los medios independientes. Solo los periodistas que no confrontaban al gobierno llegaron al PB1 en un avin de la FAP, los dems tuvimos que ir hasta Bagua en auto y luego, desde Santa Mara de Nieva, en peque peque. Eso sin contar con que los telfonos de nuestras casas y de nuestras oficinas estaban intervenidos.

La prensa chicha, creada para difamar a opositores, fue financiada con parte del presupuesto asignado a las FF.AA. Y como vimos en los videos de la salita del SIN, el gobierno pag millones en efectivo a los dueos de los canales de televisin y de algunos diarios, a cambio de su obsecuencia editorial. Tener sometida a la televisin le permiti a Montesinos disear el plan de la re-reeleccin y, de no mediar su propia ambicin le vendi armamento a las FARC en medio de la ejecucin del plan Colombia, casi lo consigue.

El populismo, cada vez ms evidente en el sector keikista de Fuerza Popular, pretende cambios abusivos y autoritarios. Parece que del nuevo fujimorismo no va quedando nada.

MS EN POLTICA