Renovar con cuidado, la columna de Fernando Tuesta
Renovar con cuidado, la columna de Fernando Tuesta

La bancada oficialista de Peruanos por el Kambio ha presentado una propuesta de reforma constitucional que intenta centrar el eje de la discusión en temas de fondo. Para dicha bancada, el principal es el relativo a la elección del Parlamento, a través de renovarlo parcialmente por mitades. El argumento es que esta reforma lograría que los partidos políticos tengan una presencia más activa y continua en la representación de los intereses políticos y sociales.

El sistema operaría de tal manera que los 130 congresistas iniciarían su mandato en julio del 2021, conjuntamente con el presidencial, pero a la mitad del período, 65 congresistas, los menos votados de cada circunscripción, serían reemplazados por los nuevos elegidos, quienes cumplirían, estos sí un período de cinco años. De esta manera cada dos años y medio sería reemplazada la mitad del Parlamento. Como se observa, esto no tendría nada que ver con la evaluación del desempeño parlamentario, retirar a los de peor desempeño, pues una cosa es renovar y otra revocar.

Un primer tema es que tener elecciones frecuentes no solo se consigue con la renovación por mitades. Renovar todo el Parlamento y no solo la mitad, también cumpliría ese papel. En efecto, la frecuencia de las elecciones dinamiza a los partidos, pero puede tener incidencias no controladas en las relaciones Ejecutivo-Legislativo, sobre todo si se trata de un Gobierno que, teniendo mayoría, podría perderla con facilidad, en un contexto de instituciones débiles y un sistema semipresidencial. La propuesta se inclina, pues, a resolver el tema de representatividad, pero no repara en el de la gobernabilidad.

Un segundo tema es el relacionado con la propia representación, pues el proyecto de ley no dice nada sobre el diseño parlamentario. En sistemas presidenciales como Estados Unidos y Argentina, las renovaciones parciales se desarrollan bajo un diseño bicameral, en donde los diputados o representantes tienen un mandato de cuatro años, al igual que el presidencial. En cambio el Senado, con mandato de seis años, se renueva por tercios. La renovación parcial es facilitada porque los períodos de mandato son pares y no como nuestro caso.

Un tercer tema es que la propuesta no observa la secuencia del calendario electoral de un quinquenio. Así tendríamos elecciones parlamentarias en abril del 2021, regionales y municipales en octubre del 2022, parlamentarias a mitad de mandato, en octubre del 2023, parlamentarias en abril del 2026 y regionales y municipales en octubre del 2026. Cinco elecciones de carácter general en cinco años, sin contar las segundas vueltas presidenciales y regionales. Un ciclo altamente frecuente que podría terminar desgastando el conjunto de los procesos electorales.

El Perú ha tenido la figura de la renovación parcial en las cámaras de senadores y diputados desde el siglo XIX hasta el inicio del oncenio de Leguía. Experiencia histórica tenemos, por lo que la reforma política debe ser abordada observando con detenimiento todas las variables en juego. Está abierto el debate.

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